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Objetivo de Ariki Travel: La simbiosis entre arqueología y geología.


Por José F. Albert –  Dr. en Ciencias Geológicas. 

En Ariki Travel, como primera agencia de viajes especialista en turismo científico divulgativo, queremos saltar la barrera monodisciplinar y poner en valor la correlación entre las diferentes áreas de la Ciencia. El hombre universal apunta en la Grecia clásica y culmina con Leonardo. Después, la Ciencia (con mayúsculas) se hace demasiado amplia y aparecen, salpicados entre los siglos, los llamados gigantes por Stephen Hawking (Copérnico, Galileo, Kepler, Newton, Einstein…y él mismo.). Mi abuelo, que como todos los abuelos era un hombre sabio, decía que entre todos lo sabemos casi todo…. De este “entre todos” nace el concepto de Ariki Travel: el viaje multidisciplinar. Y del “casi todo” nuestro compromiso en abrir el abanico de la Ciencia a la divulgación sobre el terreno, de la manera más amplia posible.

En este contexto, Arqueología y Geología son dos disciplinas que se complementan. Sin la riqueza mineral del sur y SE peninsular, no se habrían implantado las culturas del Bronce en Andalucía y Extremadura. Fenicios, púnicos, romanos…habrían pasado de largo hacia las Casitérides y el tartésico Argantonio nunca habría creado su reino de plata. Roma tenía los mejores yacimientos del cristal de sus ventanas en el lapis specularis (yeso selenítico) de las minas de Cuenca, y el gran Plinio el Viejo (otro gigante universal) quizás no hubiera llegado a Hispania, si no fuera por las minas de oro de las Médulas. El desarrollo de la espectacular cultura de las Motillas del Bronce de la Mancha, tampoco habría sido posible sin la particular hidrogeología de la zona y por la presencia de sus “cabezos y castillejos”, relieves que corresponden, muchos de ellos, a sus 332 volcanes explosivos dormidos…

Este es el motivo por el que nuestras excursiones procuran tener, cuando es posible, un toque pluridisciplinar. En un recorrido por las pinturas rupestres de levante, descenderemos a una mina de pigmentos; la visita a Segóbriga o a Ercavica no se completa sin una mina de lapis specularis; el Paleolítico, necesita de las cuarcitas del Ordovícico y Silúrico y de las terrazas de algunos ríos…y la lista no tiene fin.

Pero la Geología y la Arqueología también tienen su cruz en el reverso de la moneda. La gaditana Baelo Claudia fue destruida por un terremoto y posterior tsunami en la segunda mitad del S. II, precursor de los grandes terremotos de Lisboa de 1531 y 1755. Quedan también para la historia la ruina de la civilización minoica por la explosión del volcán de Thera (Santorini); la destrucción de Pompeya, Herculano y villas anexas por el Vesubio el 79 dC, o la desaparición de los neandertales por la gran explosión del supervolcán de Campi Flegrei (Pozzuoli – Nápoles) hace unos 30.000 años. Son muchos los ejemplos y creemos que resulta muy interesante su divulgación.

Dado que quien escribe estas líneas ha dedicado más de 40 años de su vida a los volcanes y, además, es un apasionado de la arqueología, vamos a comenzar una serie de artículos en este blog relativos a los volcanes más peligrosos y a su relación con la historia.

José F. Albert –  Dr. en Ciencias Geológicas. 

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¡Esperamos veros muy pronto!

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Almería: Volcanes, fenicios y romanos. Recorrido por la minería del lujo: oro, gemas, cristal de yeso y mármol para el Imperio.


Guiado por: Juan Carlos Guisado Di Monti o Mª José Bernárdez Gómez y  José F. Albert Beltrán.

RECORRIDO POR LA MINERÍA DEL LUJO DEL IMPERIO ROMANO

La costa del levante y sur peninsular, de Alicante hasta Huelva, ha constituido desde antiguo un reclamo para los pueblos del Mediterráneo que hicieron del comercio la base principal de su economía. La razón: una importante riqueza en oro, plata, cobre, plomo, hierro y otros recursos minerales, junto a excelentes caladeros de pesca y fértiles valles con productivas cosechas. La bonanza del clima posibilitaba, además, la cría y el desarrollo de excelentes cabañas ganaderas. Un territorio y un espacio geográfico habitado por unas gentes a los que los antiguos escritores griegos convinieron en llamar genéricamente como Iberos, para distinguirlos de los habitantes del interior cuya cultura y costumbres eran bien distintas.

Fenicios, griegos, cartagineses y romanos fundaron factorías, enclaves y colonias principalmente en las zonas costeras, como Cartagena, Málaga, Cádiz o Huelva, sin saber que el origen de tanta riqueza provenía del movimiento de la placa tectónica de Alborán que tenían a sus pies y sobre la que navegaban.

El empuje de esta placa entre África y Europa generó las cordilleras Béticas, el volcanismo de Almería, el cierre y desecación del Mediterráneo hace 5,8 MA y su nueva apertura con posterioridad. Se formaron así los mayores criaderos minerales de Europa de cobre, plomo, hierro, plata y oro; el segundo mayor yacimiento de granates del mundo, los mejores yesos cristalinos del Imperio Romano o los mármoles más blancos y resistentes que dieron forma a dioses y emperadores.

En Ariki Travel queremos saltar la barrera monodisciplinar y poner en valor la correlación entre las diferentes áreas de la Ciencia con un particular enfoque. En este caso, la conexión entre Geología y Arqueología es tan estrecha, que no se puede comprender la segunda sin la presencia de la primera. Un geólogo y un arqueólogo liderarán conjuntamente para vosotros esta nueva manera de divulgar e interpretar la historia, en el convencimiento de que os resultará interesante y gratificante a la vez, dado que el nivel de comunicación y la calidad de las explicaciones lo marcaréis vosotros con vuestras preguntas. Junto con la documentación del viaje os entregaremos un completo dosier con láminas explicativas y links a vídeos y bibliografía descargable, con el fin de que, quien esté interesado, pueda ampliar conocimientos.

En el Paraje Natural del karst de yesos de Sorbas nos espera la visita al mayor entramado de cuevas subterráneas en yeso de Europa, y en Pulpí, en el interior de la Mina Rica, conoceremos la segunda mayor geoda con megacristales de yeso del mundo y la única visitable. Otra maravilla recién abierta al público es la mina romana de lapis specularis de Arboleas, recientemente puesta en valor y habilitada por el arqueólogo de Ariki Travel que os acompañará durante la semana de la excursión. Un viaje a las entrañas de la tierra y a una explotación minera donde los romanos sacaban el mejor cristal de sus ventanas de todo el Imperio hace 2.000 años.

En Macael contemplaremos las 6.700 ha de canteras de la que es la segunda mayor extracción a cielo abierto de mármol del mundo, con una calidad similar a la de Carrara, explotada ya por Roma y posteriormente por los árabes (el teatro romano de Mérida y la fuente del patio de los leones de la Alhambra son dos ejemplos).

Visitaremos el especial volcanismo de la zona del cabo de Gata y entenderemos su curiosa paleogeografía: volcanes submarinos próximos a la costa rodeados de arrecifes de coral. En las antiguas minas de oro de Rodalquilar, unas de las más importantes de Europa durante la primera mitad el S. XX, explicaremos su génesis y el proceso de extracción del preciado metal junto con su singular historia, que comienza con una pequeña necrópolis romana. Una particular visita al cráter de un antiguo volcán submarino nos permitirá conocer la actividad extractiva de granates, piedras semipreciosas de color sangre, muy apreciadas en la antigüedad por considerarse símbolo de la fuerza y valentía de quien la portaba.

Pero no podemos hablar de Roma sin ver las huellas de sus predecesores fenicios y púnicos. Visitaremos también la fenicia y romana Baria, en la actual Villaricos, un enclave fundado en el siglo VII a. C. por comerciantes fenicios atraídos por la plata de la inmediata Sierra Almagrera. Disfrutaremos de sus impresionantes y espectaculares hipogeos funerarios excavados en la roca y de la posterior ciudad romana que prosperó gracias a la riqueza minera de estas tierras. Desde su puerto se embarcaba el mármol y el cristal de yeso hacia Cartagena, donde era transportado en naves mayores hacia Roma. Todo en un entorno próximo al antiguo estuario del río Almanzora junto a las mejores playas almerienses.

NUESTROS GUÍAS

De acuerdo con nuestra política de organizar viajes de tipo pluridisciplinar, este recorrido por la minería del lujo que iniciaron los fenicios y el Imperio romano se encargó de explotar en su máxima plenitud, necesita de un arqueólogo y un geólogo que combinen ambas disciplinas.

En consecuencia, un arqueólogo experto en minería romana y un vulcanólogo especialista en fluidos termales son la combinación perfecta para explicaros la génesis de las ricas mineralizaciones de la zona y su gran atractivo para los colonizadores fenicios, romanos, púnicos, árabes o los ingleses de finales del S. XIX. Dos expertos os llevarán de la mano por sus respectivas especialidades con el fin de que seáis vosotros quienes pongáis el límite a las explicaciones con vuestras preguntas e inquietudes

Juan Carlos Guisado Di Monti


  • Ldo. en Arqueología y Prehistoria por la Universidad Autónoma de Madrid (1992).
  • Conservador del Museo Histórico Minero de la E.T.S. de Ingenieros de Minas de Madrid, ha investigado y puesto en valor todas las minas de lapis specularis abiertas al público en España.
  • Codirector del Proyecto Internacional de Investigación sobre la Minería Romana del Lapis Specularis.
  • Especialista en la adecuación y puesta en valor de yacimientos arqueológicos y bienes patrimoniales. Ha participado y dirigido numerosas campañas de investigación en yacimientos arqueológicos de distintas épocas en Italia, Francia y España.
  • Organizador y participante en numerosos Congresos Nacionales e Internacionales. Autor de más de cincuenta trabajos de investigación. Igualmente, ha comisariado o participado en numerosas exposiciones de temática Arqueológica y Patrimonial en España, Francia, Italia, Grecia, Rusia e Inglaterra.

María José Bernárdez Gómez


  • Lda. en Arqueología y Prehistoria por la Universidad Autónoma de Madrid (1992) y Diplomada en Magisterio por la especialidad de Ciencias Humanas. Certificado de Aptitud Pedagógica por la UAM. Con experiencia docente.
  • Arqueóloga Técnica en el Museo Histórico Minero de la E.T.S de Ingenieros de Minas de Madrid.
  • Codirectora del Proyecto de Investigación sobre la Minería Romana del Lapis Specularis.
  • Especializada en Arqueología, Patrimonio Cultural y Musealización. Ha participado en numerosas campañas de excavación de yacimientos nacionales y extranjeros de diferente adscripción cronológica y cultural.
  • Ha organizado y participado en numerosos Congresos Nacionales e Internacionales, relacionados con el Patrimonio Cultural, publicando más de cincuenta trabajos de investigación.

José F. Albert Beltrán


  • Dr. en Ciencias Geológicas por la Universidad de Barcelona (1976).
  • Especialista en Energía Geotérmica, Geoquímica y Volcanología. Ha dirigido durante 40 años numerosos proyectos nacionales e internacionales en los sectores público y privado, así como proyectos de I+ D de la Unión Europea. Su actividad relacionada con los volcanes ha tenido lugar en más de 30 países de Europa, Asia, Africa y América Latina.
  • Apasionado por la Arqueología, colaboró durante cinco años con el Museo de Arqueología de Cataluña.
  • Premio Nacional de Geología y Víctor de Plata al Mérito Académico.
  • Autor de más de 40 publicaciones, ha desarrollado también actividad docente en las Universidades de Barcelona y Madrid y ha sido miembro de varios tribunales de tesis doctorales en ambas universidades.

Si quieres saber más sobre este recorrido por la minería del lujo del 17 al 22 de Octubre de 2022, te invitamos a descargar el programa del viaje.

Para estar informado de todas las novedades y noticias de Ariki Travel, puedes apuntarte a nuestra Newsletter en la parte baja de la web www.arikitravel.com, o bien seguirnos en las distintas redes sociales: Facebook, instagram y/o Linkedin.

En busca de los dragones del Jurásico Superior


Guiado por: Marta Pino Larrío y  José F. Albert Beltrán.

Las evidencias fósiles de los dinosaurios se resumen en las tres “hue” que refieren los paleontólogos: huesos, huellas y huevos. La península Ibérica es, quizás, el país de Europa con más abundancia de las mismas, lo que la convierte en un referente a nivel mundial.

Nuestra ventaja es que, además, el registro fósil peninsular se extiende desde el Jurásico superior de Asturias y Teruel (157 millones de años) hasta su desaparición al final del Cretácico superior (66 millones de años) de Lleida y Cuenca. Son pues, unos 90 millones de años de registro casi continuo de especies conocidas y de otras nuevas (unas 40) descubiertas en nuestro país. A esta gran diversidad hay que añadir la excelente conservación de muchos yacimientos y el cuidado que las administraciones autonómicas han tenido para preservarlos y promocionarlos mediante museos locales. España es un referente mundial en yacimientos de dinosaurios.

Los yacimientos de icnitas (huellas fósiles) españoles se sitúan entre los más importantes a nivel internacional por la cantidad, calidad y variedad de rastros que se pueden encontrar. A título de ejemplo, el yacimiento de icnitas de la Era del Peladillo (Igea, Rioja) y el yacimiento de huevos de Coll de Nargó (Lleida) son los mayores yacimientos de Europa y los terceros del mundo en número de rastros y huevos, respectivamente.

Muchos yacimientos de nuestro país tienen fácil acceso por carretera con pequeños recorridos a pie y están bien acondicionados para su visita, algunos incluso con las reproducciones a tamaño real de las especies encontradas en el yacimiento.

Nuestro viaje consiste en recorrer los principales yacimientos y museos locales de los dinosaurios del Jurásico superior y Cretácico inferior de Teruel, Castelló y La Rioja. Hemos seleccionado los mejores yacimientos de alta calidad accesibles con autobús o con una ligera caminata que no sobrepasa los 15 minutos, con el fin de favorecer la accesibilidad a todo tipo de público.

Aprenderemos a distinguirlos, a clasificarlos y a calcular su tamaño y velocidad de desplazamiento a partir de sus huellas. Conoceremos su espectacular éxito evolutivo y su repentina extinción por el impacto de un enorme meteorito, catástrofe gracias a la cual ahora los mamíferos colonizamos el planeta. Un recorrido que no te dejará indiferente porque entenderás el largo y azaroso camino de la evolución de las especies, siempre a favor de la supervivencia del mejor adaptado al cambiante medio natural.

Las salidas se realizan únicamente de abril a septiembre, debido a que el rigor invernal y el cierre de muchos de los museos locales impiden el recorrido.

NOTA: El programa de viaje se entrega al cliente en formato pdf acompañado de un dosier con una completa documentación gráfica y bibliográfica sobre el tema objeto de la excursión.

NUESTROS GUÍAS

De acuerdo con nuestra política de organizar viajes de tipo pluridisciplinar, aunque el objetivo del recorrido sea el conocimiento paleontológico del mundo de los dinosaurios, su existencia y extinción corresponden tanto al mundo de la biología como al de la geología.

En consecuencia, una paleontóloga especialista en dinosaurios y un geólogo son la combinación perfecta para explicaros el apasionante relato de la existencia de unos seres que dominaron el planeta durante 165 millones de años, pero cuya extinción repentina nos permitió a los mamíferos ocupar su nicho de posición dominante. El mismo fenómeno planetario que generó nuestro mundo, destruyó la forma de vida más exitosa que hasta entonces había existido en el planeta. Dos expertos os llevarán de la mano por sus respectivas especialidades con el fin de que seáis vosotros quienes pongáis el límite a las explicaciones con vuestras preguntas e inquietudes.

Marta Pino Larrío


  • Lda. en Geología (2010) y Máster en Biología Evolutiva (2012), ambos por la UCM.
  • Especializada en Paleontología (2010) por la Univer- sidad de Calgary (Canadá). Ampliación de estudios en Paleontología de Dinosaurios y Evolución por la Universidad de Alberta (Canadá).
  • Experta en Biomecánica de dinosaurios y aves. Investigadora en reconstrucción de músculos y partes blandas sobre fósiles de dinosaurios y aves extintas y actuales.
  • Ha participado en numerosas excavaciones pale- ontológicas en Canadá y España y ha sido colaboradora del Natural History Museum de Londres durante 2017 y 2018.
  • Máster en Educación por la URJC (2016) y experiencia docente en España y Reino Unido.

José F. Albert Beltrán


  • Doctor en Ciencias Geológicas por la Universidad de Barcelona y Master en Hidrología subterránea.
  • Especialista en Energía Geotérmica, Geoquímica y Volcanología. Ha dirigido durante 40 años numerosos proyectos nacionales e internacionales en los sectores público y privado, así como proyectos de I+ D de la Unión Europea. Su actividad profesional ha tenido lugar en más de 30 países de Europa, Asia, Africa y América Latina.
  • Apasionado por la Arqueología, colaboró durante 5 años con el Museo de Arqueología de Cataluña.
  • Premio Nacional de Geología y Víctor de Plata al Mérito Académico.
  • Autor de más de 40 publicaciones, ha desarrollado también actividad docente en las Universidades de Barcelona y Madrid y ha sido miembro de varios tribunales de tesis doctorales en ambas universidades.

Si quieres saber más sobre nuestra búsqueda de dragones del Jurásico Superior del 17 al 22 de Septiembre de 2022, te invitamos a descargar el programa del viaje.

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Un paseo por el arte rupestre levantino: Las fotografías del Postpaleolítico.


Viaje de autor: José F. Albert Beltrán.
NUESTRO VIAJE AL PASADO NEOLÍTICO

El arte parietal levantino, patrimonio de la UNESCO desde 1998, es un arte completamente diferente al paleolítico de la cornisa cantábrica. Su datación ha sido muy debatida, pero en la actualidad se acepta que comienza en el Mesolítico-Neolítico antiguo con el arte macroesquemático de Alicante, evoluciona durante todo el Neolítico comenzando con una fase zoomórfica naturalista (Albarracín), alcanza una fase de plenitud artística y geográfica desde Cataluña hasta Andalucía oriental con figuras estilizadas que representan la vida cotidiana (escenas grupales de caza, luchas entre arqueros, recolección de alimentos, danzas rituales…) y finaliza con una etapa esquemática en el Neolítico final y Calcolítico. De ahí su denominación de Arte Postpaleolítico.

Dado que el compromiso de Ariki Travel es que, siempre que sea posible, sus viajes de autor sean pluridisciplinares, este recorrido va guiado por un geólogo y los guías oficiales arqueólogos de cada Parque Cultural.

Te hablaremos del concepto de Prehistoria y de su cronología, con especial atención a la transición del Paleolítico al Neolítico y en los cambios climáticos, tecnológicos y sociales que la motivaron. Conocerás la diferencia entre el arte paleolítico franco-cantábrico y el postpaleolítico y, en este contexto, te explicaremos la evolución de los estilos pictóricos dentro del arte levantino. Comenzaremos con la fase naturalista y estática, semejante a la paleolítica cantábrica, cuya mejor representación está en el Parque del Rodeno de Albarracín. Desde allí, nos dirigiremos al Parque Cultural de la Valltorta, en el Maestrazgo castellonense, que incluye las mejores y más representativas figuras en movimiento del levante peninsular. Son, en realidad, las fotografías de la vida cotidiana en la Prehistoria hace entre 7.000 y 5.000 años: observarás el tratamiento de la figura humana (arcos, flechas, vestimenta de hombres y mujeres, tocados del pelo, adornos, la figura del niño…) y debatiremos sobre su cronología.

Para finalizar, intentaremos llegar, si el estado del camino nos permite pasar con el bus, hasta los abrigos de Morella la Vella, una auténtica joya pintada con figuras mucho más pequeñas que las comunes en toda la zona.

El autor, geólogo con experiencia en arqueológia te explicará la formación y evolución de los abrigos en función de los cambios climáticos. Visitarás una mina de pigmentos de óxidos de hierro donde descubrirás su génesis y aprenderás a diferenciarlos por su color y composición química, así como la técnica de fabricación de los pigmentos y la modificación de sus colores por el hombre prehistórico. Abordaremos los métodos de datación cronológica y las técnicas de estudio digitales con diferentes longitudes de onda para analizar superposiciones y repintes… Nuestro objetivo es, pues, que exista en todo momento una fusión entre geología y arqueología que construya un todo homogéneo. En este contexto, seréis vosotros los que marcaréis el nivel de la excursión con vuestras preguntas e inquietudes.

Nuestro paseo por el arte parietal levantino se acompaña de un completo dosier que se te entregará en PDF con la documentación del viaje y que incluye gráficos cronológicos, documentación específica de cada estilo artístico y de los abrigos visitados, así como la bibliografía descargable más relevante, por si deseases ampliar conocimientos.

El viaje se organiza como una ruta radial con estancia en Morella, uno de los pueblos más bonitos de España, donde podrás disfrutar de su excepcional muralla y castillo medievales, sus mantas y jerséis de lana de vivos colores y sus famosas trufas negras.

Los accesos a los abrigos suelen ser, por lo general cómodos. No obstante, en algunos casos, hay que salvar algún tramo pedregoso donde un palo de trekking puede ayudar a determinadas personas. Imprescindible llevar gorra, calzado de campo e impermeable ligero por si llueve.

NUESTRO GUÍA Y AUTOR

De acuerdo con nuestra política de organizar viajes de tipo pluridisciplinar, aunque el objetivo de la excursión sea el conocimiento del arte levantino postpaleolítico en profundidad, sus causas primigenias son claramente geológicas. El final de la última glaciación, la erosión fluvial y la formación de las cavidades pintadas, la génesis mineral de los pigmentos utilizados, el origen de estos elementos, los métodos de datación de las pinturas, etc, se basan en la ciencia geológica.

En consecuencia el autor de la excursión que os acompañará es un experimentado geólogo nacido casi en el mismo barranco de la Valltorta, que ha colaborado con los arqueólogos que llevaron a cabo los calcos de las pin- turas para su puesta en valor como Parque y que conoce muy bien su tierra y su patrimonio cultural. Las visitas a los diferentes abrigos del Parque se lleva a cabo necesariamente con los guias oficiales del mismo, pero antes de cada visita tendréis una completa explicación complementaria del programa de cada día.

José F. Albert Beltrán


  • Dr. en Ciencias Geológicas por la Universidad de Barcelona (1976).
  • Especialista en Energía Geotérmica, Geoquímica y Volcanología. Ha dirigido durante 40 años numerosos proyectos nacionales e internacionales en los sectores público y privado, así como proyectos de I + D de la Unión Europea. Su actividad laboral ha tenido lugar en más de 30 países de Europa, Asia, Africa y América Latina.
  • Apasionado por la Arqueología, colaboró durante cinco años con el Museo de Arqueología de Cataluña.
  • Premio Nacional de Geología y Víctor de Plata al Mérito Académico.
  • Autor de más de 40 publicaciones, ha desarrollado también actividad docente en las Universidades de Barcelona y Madrid y ha sido miembro de varios tribunales de tesis doctorales en ambas universidades.

Si quieres saber más sobre este sorprendente recorrido por el arte rupestre levantino del 5 al 10 de Septiembre de 2022, te invitamos a descargar el programa del viaje.

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¡Esperamos veros muy pronto!

Capítulo 2: El último gigante al sur del mundo.


Por Marta Pino Larrío

Le faltaban dos meses para cumplir veinte años cuando en 1840 Walter Mantell, hijo de los geólogos y paleontólogos Mary y Gideon Mantell, pisó por primera vez las costas de Nueva Zelanda. Con toda probabilidad lo hizo con la idea de que estaba llegando a una tierra virgen y desconocida, aún por conquistar; había sido atraído, como otros jóvenes de su generación y nacionalidad, por la New Zealand Company, una empresa cuyo cometido consistía en colonizar Nueva Zelanda y convertirla paulatinamente en “una nueva sociedad británica”. Tras probar suerte como granjero pasó por varios empleos en despachos y oficinas y, finalmente, fue contratado como comisionado para la extinción de títulos nativos en la Isla Sur.

Bajo este rimbombante título la tarea de Mantell consistía en agrupar y designar trozos de tierra (a razón de diez acres, o poco más de cuatro hectáreas por cabeza) para la creación de una reserva para los Ngai Tahu, nativos del lugar. Tenía instrucciones de convencer a este pueblo de agruparse lo más posible para ocupar el mínimo espacio dentro de la provincia neozelandesa de Canterbury, comprada por el escritor y político Henry Tacy Kemp. Aunque al principio realizó este trabajo con cierta alegría, dado que esperaba un futuro ascenso, más adelante, ya de vuelta en Inglaterra, comenzó a preocuparle la idea de que no se concediera a los Ngai Tahu todo lo prometido por sus tierras, cosa que, efectivamente, ocurrió. Mantell se arrepintió de lo que había hecho, regresó a Nueva Zelanda y se convirtió en un político defensor de los derechos de los nativos.

Una infancia junto a Gideon y Mary Mantell había transformado a Walter en un naturalista nato. Y no sólo eso: le había puesto en contacto, ya desde niño, con gente como Charles Lyell, respetado geólogo británico y creador del primer mapa geológico completo de Gran Bretaña, y Charles Darwin, famoso naturalista y autor de El Origen de las Especies. Pero la asociación que nos ocupa aquí hoy es la que tuvo con el paleontólogo Richard Owen, superintendente del departamento de Historia Natural del Museo Británico.

Richard Owen es una de las figuras estrella de la paleontología. Fue un importante experto en su campo, descubridor de multitud de especies extintas y creador de la palabra “dinosaurio”. Más adelante, sería también el fundador del Museo de Historia Natural de Londres.

La vocación naturalista de Mantell hizo que, aprovechando su empleo, gracias al cual recorría el país en toda su extensión, se afanase en recolectar especímenes fósiles. Entre ellos encontró una gran cantidad de huesos de una especie endémica de Nueva Zelanda: el moa o ave moa, un ave gigante y no voladora que había habitado las dos islas (Norte y Sur) entre trescientos y quinientos años antes. El moa había sido la segunda ave más grande de nuestro tiempo (es decir, que había llegado a ser coetánea del ser humano), solamente superada por el pájaro elefante, otra criatura gigantesca oriunda de Madagascar que, al igual que el moa, tenía aspecto de avestruz y no podía volar.

Imagen 1: El Extinto Moa gigante, Megalapteryx didinus. Fotografía de George Edward Lodge. Fuente: goodfreephotos.com (https://www.goodfreephotos.com).

Estos huesos terminaron, correo mediante, en manos de Richard Owen, a quien Walter Mantell envió colecciones enteras de especímenes que él mismo había recogido a lo largo y ancho de Nueva Zelanda. Concretamente, las numerosas cajas de huesos de moa que Owen acabó recibiendo habían sido obtenidos en 1847 de la excavación de Waingongoro, en la región de Taranaki, durante los viajes de Walter por la isla en busca de tierras que comprar.

El suicidio de su padre en 1852, antes de que el envío de Walter llegara, impidió que aquel pudiera admirar los últimos fósiles hallados en Waingongoro; pero el hijo continuó su relación profesional con Owen, que dio como resultado la reconstrucción del esqueleto de moa más grande encontrado hasta ahora, concretamente de la especie Dinornis elephantopus.  

Desde entonces, el moa de Nueva Zelanda ha sido objeto de numerosas investigaciones y se han descubierto decenas de especies que actualmente se han reducido a once. Estas once especies están distribuidas en seis géneros diferentes, de los cuales Dinornis, como se ha dicho anteriormente,es el más grande. La hembra de Dinornis era sensiblemente mayor que el macho: no solamente el doble de alta, sino que también su peso era tres veces mayor. Hablamos de un ave de hasta 1,9 m de alto y que llegaba a pesar 230 kg.

Exceptuando las crías, que en ocasiones eran presas de otra ave llamada águila de Haast, no tenía enemigos naturales, y se ha descubierto, por la forma de las patas y la manera en que sus dedos están colocados, que no era capaz de correr. Pongamos como ejemplo al avestruz: un ave corredora que camina sobre dos dedos. Va de puntillas, como si intentase apoyar la mínima superficie de su cuerpo en el suelo, y el hecho es que está evolutivamente preparada para hacerlo.

Imagen 2: En los pies del avestruz únicamente se aprecian dos dedos. Junto a la posición de sus patas y la longitud de sus fémures, tiene la morfología típica de un animal corredor. Fuente: pixabay.com. Autor/a: InspiredImages.

El moa no tenía los pies del avestruz. Sus patazas robustas, con fémures cortos y pies con tres dedos gigantescos le ofrecían un perfecto apoyo para caminar tranquilamente, pero nada de carreras.

Y por esta razón sucedió lo inevitable. Por un lado, tenemos un animal herbívoro de doscientos kilos, incapaz de correr y con nulas defensas con excepción de su gran tamaño y quizá algún picotazo si se le molesta mucho. Por otro, un montón de maoríes, nativos de Nueva Zelanda, deseando darse un banquete. El resultado es obvio: en algún momento entre los siglos XV y XVII desapareció el último ejemplar de moa. Ni una sola especie quedó viva. Es lo malo de ser un gigante bonachón sin modo alguno de defenderse. Pero, ¿cómo llegó el moa a residir únicamente en Nueva Zelanda? ¿Por qué no hay moas en Australia?

La respuesta está en la Geología. Nueva Zelanda estuvo, en el pasado, pegada a Australia. En realidad, el territorio que la conforma no comenzó a separarse de Australia hasta hace 82 millones de años, durante el Cretácico superior. Una barrera que separase ligeramente ambos territorios sería un problema para un animal terrestre, pero no para uno volador. Por ello, el profesor Matthew J. Phillips, junto con sus colegas Gillian C. Gibb, Elizabeth A. Crimp y David Penny hablaron en su artículo de 2009 acerca de cómo el antepasado del moa era un animal volador que probablemente iba de un territorio al otro hasta que la distancia entre Australia y Nueva Zelanda fue demasiado grande como para hacer el viaje. Los individuos que habían quedado aislados en Nueva Zelanda acabaron, por acción evolutiva, perdiendo su capacidad de volar y dando así origen al moa. Aquellos que permanecieron en Australia evolucionarían dando lugar a animales distintos. Pero esa es otra historia.

Ahora bien, la orografía actual de Nueva Zelanda es el resultado de eventos geológicos relativamente recientes. Hace 25 millones de años, un choque entre placas tectónicas que los geólogos han llamado “orogenia Kaikoura” dio origen a los Alpes del Sur. La placa Pacífica empujó de modo constante a la placa Indoaustraliana, de manera que ésta se comprimió e hizo que la isla, que en aquel momento estaba casi completamente bajo el mar, emergiese de las aguas hace 15 millones de años. Hoy en día la orogenia Kaikoura continúa, y además en los últimos 5 millones de años la velocidad de elevación de los Alpes del Sur ha aumentado sustancialmente.

Imagen 3: El monte Cook, la montaña más alta de Nueva Zelanda, forma parte de los Alpes neozelandeses o Alpes del Sur. Fuente: pixabay.com. Autor: Simon.

Lo interesante de esto es que se hicieron análisis de ADN mitocondrial del Megalapteryx, un género de moa un poco más pequeño que el Dinornis del que hablábamos antes, y se ha visto que el momento de la aparición del primer Megalapteryx coincide con un período de aceleración del levantamiento de los Alpes del Sur, hace 5,81 millones de años. ¿Podría significar esto que, al levantarse las montañas, un grupo de antepasados del moa, seguramente ya incapaces de volar, quedó aislado y evolucionó hasta dar lugar a nuevas especies? Desde luego, no suena descabellado… y los datos apuntan a ello.

Muchos otros cambios geológicos se sucedieron desde aquel entonces en Nueva Zelanda. Hubo un hundimiento de la isla que provocó la extinción de muchas especies, pero que no llegó a extinguir a todos los moas. Emergió la isla Norte, separada de la isla Sur por el estrecho de Manawatu. Tras esto, se produjo una radiación (una rápida diversificación de diferentes especies) de moa. Aparecieron nuevas especies de Dinornis y también de Pachyornis, otro tipo de moa distinto. El estrecho de Manawatu se cerró más tarde y muchas especies de moa cruzaron de una isla a otra. Tras aquello, se formó el estrecho de Cook, que hoy en día separa ambas islas, por lo que estas especies quedaron aisladas unas de las otras de nuevo. Con tanto cambio es normal que el moa se diversificara, y que hubiera desde especies pequeñas a animales de casi dos metros de alto. Todo esto hasta que los maoríes acabaron con ellos.

Esta radiación del moa de la que hemos hablado no es algo raro. Aparentemente, cosas muy similares han ocurrido en otras especies que habitan las islas. Los gansos moa-nalos de Hawaii, actualmente extintos, experimentaron radiaciones parecidas, y lo mismo los pinzones de Darwin de las Galápagos. Es típico de especies que se encuentran aisladas en lugares pequeños, como islas, y se especializan para ocupar un nicho ecológico, un “sitio” dentro de su ecosistema. Es más: estudios recientes han demostrado que el moa y el famoso kiwi de Nueva Zelanda están emparentados, así que no es difícil imaginar hasta qué punto se pueden diversificar las especies si el ambiente es propicio.

Y hasta aquí la historia del ascenso y caída de una de los animales que más han fascinado a científicos de todo el mundo, pese a que los maoríes, incluso hoy en día, se desentiendan de ella. Ningún maorí se tatúa moas, aunque su arte esté íntimamente ligado a la fauna neozelandesa, por considerarlos nada más que “comida”. Sin embargo, desde los primeros envíos de restos fósiles de moa a Richard Owen en 1839 hasta hoy en día, este animal ha alimentado la imaginación (y los artículos científicos) de decenas de paleontólogos, ha aparecido en libros, cómics y videojuegos y se ha convertido en todo un símbolo de Nueva Zelanda.

Aunque Walter Mantell no triunfó en su patria de origen, sí se ganó el respeto de científicos y aficionados a la ciencia neozelandeses. Se codeaba de forma habitual con otros “cazadores de moas”, como William Colenso, Julius von Haast (el del águila de Haast antes mencionada) y James Hector; y durante las eventuales ausencias de este último, ejercía como director del Servicio Geológico y del Museo Colonial.

Descubrió y nombró al Notornis mantelli, un ave neozelandesa comúnmente conocida como calamón takahe de la Isla Norte, y que se extinguió. Fue habitual de importantes sociedades del país como la Wellington Philosophical Society y el New Zealand Institute. Además, donó al Museo Colonial de Wellington (hoy en día llamado Museo de Nueva Zelanda Te Papa Tongarewa) la colección de su padre, incluyendo el diente de Iguanodon que había llevado al descubrimiento del dinosaurio. Falleció en Wellington en 1895, a los 75 años.

Imagen 4: El Porphyrio hochstetteri, comúnmente conocido como calamón takahe de la Isla Sur, es un ave no voladora endémica de Nueva Zelanda, emparentada con el calamón takahe de la Isla Norte descubierto por Mantell. El takahe actual es más pequeño y está en peligro de extinción. Fuente: Flickr.com. Autor/a: Flint|Foto.

En cuanto a Richard Owen, es hoy en día uno de los más respetados paleontólogos de toda la Historia, aunque su figura tiene tantas sombras como luces. Era un hombre infatigable, un científico con una curiosidad voraz y un auténtico maestro de ceremonias capaz de convencer a todo un imperio de la importancia de sus descubrimientos; pero también fue una persona con dinero a quien no le importó lo más mínimo atribuirse los esfuerzos y descubrimientos de otros compañeros (y compañeras) de profesión con menos medios o contactos que él.  Finalmente, en Gran Bretaña fue Owen quien se llevó todo el mérito por el descubrimiento del moa. Años más tarde, el mismo Walter Mantell dijo de él que «ha cometido errores y tropiezos considerables en su búsqueda del renombre en lugar de la verdad».

Ahí está la historia para quien quiera investigarla. Juzgad vosotros.

Imagen 5: Richard Owen junto al esqueleto del Dinornis maximus (el extinto moa de Nueva Zelanda). Fotograbado de 1877. Fuente: Wellcome Collection.

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¡Esperamos veros muy pronto!

Capítulo 4: Huaynaputina: el volcán que se enfrentó a Felipe III de España, al último emperador Ming y destronó al Zar de Rusia.


Por José F. Albert –  Dr. en Ciencias Geológicas.

Haynaputina (foto: INGEMMET- Perú)

El emperador Carlos reinaba en las Españas. Con la entrada de las tropas de Francisco de Pizarro en la ciudad de Cuzo en 1534 se puso fin al imperio Inca y en 1542 la Corona Española creaba el Virreinato del Perú.

Dos años antes, el 15 de agosto de 1540, se fundó por orden de Pizarro, al sur del actual Perú,  la ciudad Villa Hermosa de Nuestra Señora de la Asunta. Este núcleo poblacional, por cédula real del emperador Carlos de fecha 22 de septiembre de 1541, pasó a denominarse Ciudad de Arequipa.

En esas fechas el explorador y cronista español Pedro Cieza de León escribe: “…en lo tocante a la fundación de Arequipa, no tengo que decir más de que cuando se fundó en otro lugar, y por causas convenientes se pasó adonde agora está. Cerca de ella hay un volcán, que algunos temen no reviente y haga algún daño. En algunos tiempos hace en esta ciudad grandes temblores de tierra….”

En realidad en las cercanías de Arequipa no hay un volcán, sino siete (fig. 1). Monstruos que rondan los 6.000 m de altura, pero Pedro Cieza de León se refería al cercano Misti, que preside el paisaje de la ciudad (figs. 2 y 3).

Fig. 1.- Los 7 grandes volcanes de Arequipa (Google Earth)
Fig. 2.-  Los tres grandes volcanes cercanos a Arequipa (foto del autor)

La inestabilidad andina comenzó a manifestarse con rapidez y los cronistas de la época dejaron constancia de ello: el primer terremoto importante llegó en 1555, pero el realmente destructivo tuvo lugar el 22 de enero de 1582 y dejó la ciudad en ruinas.

El 13 de septiembre de 1598 moría en El Escorial el prudente Felipe II y heredaba el trono de las Españas Felipe III, fruto de su matrimonio con Ana de Austria, pero a la Pacha Mama, la Madre Tierra de los pueblos andinos quechuas y aymaras, el acontecimiento le dejó indiferente y siguió rugiendo. En 1599 se produjo otro terremoto con epicentro en la costa que afectó también a Arequipa. Todos estos desastres comenzaron a hacer mella en el ánimo general de sus habitantes, sobre todo en la población indígena que comenzaba a creer que todos aquellos desastres acontecían por la presencia de los españoles y del nuevo Dios que les imponían, frente a su tradicional culto a la Pacha Mama.

Las órdenes religiosas que se establecieron en Perú y, concretamente, en Arequipa, fueron los dominicos, franciscanos (controlaban la Inquisición), mercedarios, agustinos y jesuitas. En el S. XVI, tanto los edificios civiles, como los conventos, iglesias y casas en general estaban construidas de adobe y techadas con paja, por lo que resultaban presa fácil de cualquier fenómeno geológico.

La economía se basaba en la agricultura (viñedos y trigo) y la ganadería  (llamas, alpacas y animales traídos de España: ovejas, vacas, caballos, asnos y mulas). Hacia finales del S. XVI la caña de azúcar y el olivar completaban el escenario agrícola.

Pero el 19 de febrero de 1600 se despertó la furia de uno de los siete volcanes de Arequipa, el más alejado (77 km al Este de la ciudad) y también el que pasa más desapercibido, porque tiene solo 4.850 m y carece del típico edificio troncocónico de los estratovolcanes.  Dado que la erupción afectó tanto a Arequipa como a los pueblos indígenas circundantes, y el Huaynaputina no es visible, algunos cronistas de la época creyeron que se trataba del Misti, el gran gigante triangular que preside el paisaje de Arequipa (fig. 3).

Fig. 3.-  El volcán Misti (5.822 m) y la ciudad de Arequipa (foto del autor)

La erupción del Huaynaputina (huayna = joven;  putina = volcán en quechua) se considera la mayor erupción andina en época histórica y una de las mayores del mundo en los últimos 2.000 años, similar a la del Tambora de 1815 o  del Krakatoa de 1883, con un VEI = 6.  Las crónicas de la época nos dicen que las cenizas llegaron a Lima, a La Paz (Bolivia ) y a Chile (Santiago y Arica)…pero, como veremos más adelante, la realidad fue  más dramática.

Los testimonios de los supervivientes recogidas por el jesuita Bernabé Cobo, entre otros cronistas, nos dicen que  la erupción fue precedida de cuatro días de intensa actividad sísmica. El día 19 de febrero del año 1600 por la mañana, tuvieron lugar dos fuertes terremotos a las 11 y a las 13 h que precedieron a la erupción. A las 17 h de la tarde, una violenta explosión dio comienzo a una impresionante erupción pliniana que generó una columna eruptiva que alcanzó unos 35 km de altura con sus correspondientes y peligrosísimos flujos piroclásticos. Este paroxismo duró 19 horas, hasta el mediodía del día 20.

Las referidas crónicas cuentan que el cielo oscureció por efecto de un “humo negro“ cayendo la noche sobre Arequipa, así como una lluvia de cenizas blancas y piedra pómez que hundió los techos de muchas casas. Solo los relámpagos que se generaban en la densa columna eruptiva por electricidad estática iluminaban la ciudad y el ruido era “similar al fuego de artillería”. La población, tanto  española como indígena,  estaba aterrorizada, en particular esta última que se terminó de convencer que la Pacha Mama se sentía ofendida por la presencia de los españoles y de su nuevo Dios impuesto por los frailes que abundaban en la ciudad.

En la base del cono antiguo del Huaynaputina se abrió una fisura desde la que se emitió una colada de lava “que alcanzó un área de 12 leguas (≈ 65 km²) abrasando cuanto topaba, de manera que dejó los árboles hechos carbón y la tierra por donde pasó, cocida y tan dura como una peña”. Desde el cráter se proyectaban bombas volcánicas hasta unos 5 km “del tamaño de dos botijas peruleras” y otras más lejanas “del tamaño de la cabeza de un hombre”

La pluma eruptiva y la correspondiente caída de cenizas fue decreciendo lentamente hasta que el día 22 de febrero los habitantes de Arequipa volvieron a ver los primeros rayos de sol. La emisión de cenizas terminó el 23 de febrero pero volvió a reactivarse el día 25. La oscuridad volvió a cubrir la zona de Arequipa durante 40 horas. Estas intermitencias continuaron hasta el día 15 de marzo, pero el sol no volvió a lucir con plenitud hasta el 2 de abril.  Los temblores de origen volcánico se prolongaron durante más de ocho meses, con 3-4 eventos perceptibles por día.

La erupción causó una gran devastación en la zona: Arequipa y la cercana población de Moquengua quedaron arrasadas. Los habitantes de Quinististacas y de Omate, a 11 y 16 km respectivamente  del Huaynaputina, murieron abrasados y sepultados por un flujo piroclástico, como otra Pompeya. Tampoco hubo supervivientes, según los cronistas de la época,  en seis  poblaciones indígenas cercanas al volcán: Omate, Lloque, Tarata, Colaña, Chec y Quinistaca (fig. 4 ).  Más adelante veremos como la arqueología actual eleva esta cifra a diecisiete. Estos flujos piroclásticos embalsaron también las aguas del río Tambo que, al ser verano, tenía un caudal importante. Según Bernabé Cobo:

“…la lluvia de piedras inflamadas que arrojaba el volcán en ellas, se calentó el agua de suerte que hervía como lo hace una caldera puesta al fuego, con que se coció cuanto pescado había en el río y lo que al entrar en la mar alcanzó su agua, y así se hallaron en las riberas de la mar grandes montones de lisas, pejerreyes, camarones y otros pescados cocidos, que las olas echaron fuera…”

   Otra terrible catástrofe inducida por la erupción fue la formación de un gran lahar (avalancha de barro por fusión de la nieve) que llegó hasta la costa del Pacífico, situada a 120 km, arrasando todo lo que encontraba a su paso. Bernabé Cobo nos dice:

“…mas no es para pasar en silencio la notable furia con que corrían estas avenidas, que era tanta, que con ser la ceniza un polvo muy sutil y blando, robaba de manera la tierra por do pasaba, que dejaba en ella hecha como una madre de río…asolaron estas avenidas y corrientes de ceniza muchas heredades y tierras de labor, que no han sido de más provecho…”

Muchos fueron los animales muertos y surgió la amenaza de epidemia. En una carta conservada por los jesuitas de Arequipa se dice:

“…las vacas de quinientas en quinientas las hallan muertas. Lo que yo temo y temen así los médicos, como los que no lo son, es alguna peste o mal grave, porque ya todos del mucho polvo y continuo andamos como asmáticos…”  

A continuación, con los campos y la ganadería devastadas, llegó el hambre y las enfermedades. Muchos decidieron emigrar a otras regiones. Tampoco a los frailes les fue mejor. La economía local tardó 150 años en recuperarse.

Estas son las principales magnitudes de la erupción (Thouret et al., 1999):

  • Altura de la columna eruptiva:     33 –  37 km (troposfera y estratosfera)
  • Cantidad de ácido sulfúrico emitido: ≈ 70 millones de tn
  • Volumen total de materiales emitidos:    10 – 13 km³
  • Volumen de las erupciones plinianas:  6,9 – 8,1 km³
  • Volumen mínimo de lavas: 3,8 – 4,3 km³
  • Volumen mínimo de fragmentos líticos: 1 km³
  • Volumen de ignimbritas (flujos piroclásticos):   1,2 – 2,4 km³
  • Alcance mínimo de los flujos piroclásticos en el valle del rio Tambo:  45 km
  • Alcance del lahar hasta la costa del Pacífico: 120 km
  • Extensión cubierta (> 1 cm) por materiales de caída de la erupción pliniana: ≈115.000 km²
  • Extensión cubierta por cenizas: ≈360.000 km²
Fig. 4.-  Mapa de isopacas (espesores de cenizas) de la erupción del Huaynaputina en 1600
                   (Instituto Geofísico del Perú)    

La historiadora María Eugenia Petit-Breuilh publicó (2016) un excelente resumen sobre la respuesta  religiosa de la población durante la crisis volcánica que pasamos a sintetizar.

La  erupción tuvo lugar precisamente durante la Cuaresma de ese año y los cristianos creyeron que era el fin del mundo bíblico. Hay que advertir que tardaron diez días en saber que se trataba de una erupción volcánica. Mientras tanto vivían entre la oscuridad solo rota por los relámpagos, cenizas, ruidos subterráneos y explosiones desconocidas. Era la auténtica imagen del infierno tal como los frailes lo describían y pintaban en sus retablos a finales del  S. XVI, incluido el olor a azufre… y muchas de las casas se derrumbaban por efecto de los terremotos y el peso de la ceniza en los tejados.

Fueron temerosos en masa a las iglesias y conventos según el jesuita Bernabé Cobo “a pedir el perdón de Dios por sus pecados” ante un final que parecía inminente. Debido a la incapacidad de los sacerdotes de confesar a tanta gente de manera individual, se organizaron confesiones públicas. También se ejecutaron rogativas, exorcismos, via crucis y se pusieron las imágenes de algunos santos en las torres de los campanarios para conjurar y aplacar la ira del volcán.

El sábado 19 de febrero, en pleno paroxismo pliniano, se inició el rezo de la “letanía de Nuestra Señora” para pedir que intercediera ante el Altísimo y se organizó una procesión con la imagen de Sta. Marta, que había sido declarada ya en 1455 patrona protectora de Arequipa ante terremotos y trueno. Ese mismo día los jesuitas organizaron un “santo exorcismo con el santo Lignum Crucis y todas las reliquias que sacamos”, dado que según el cronista Guamán Pérez de Ayala (1615) la erupción estaba asociada con el Maligno (fig. 5).

Fig. 5.-  Crónicas de Guamán Pérez de Ayala (1615) sobre la destrucción de la ciudad de Arequipa. El fuego y la ceniza caen sobre la Iglesia Mayor (1558) situada en la Plaza de Armas y arruinada durante  la erupción.

El domingo 20 de febrero, con el fin de reforzar el exorcismo de los jesuitas, todas las órdenes religiosas se unieron para realizar también exorcismos en sus respectivos conventos. Al día siguiente,  lunes 21,  se organizaron dos procesiones: una que sacó al Santísimo Sacramento por la plaza de  Armas y una segunda, esta vez procesión de sangre, con la imagen de Sta. Marta. Fray Diego de Ocaña la describe de la siguiente manera:

“…derramóse mucha sangre, todos los niños y mujeres con piedras en las manos dándose golpes en los pechos y todos dando voces y gritos con lágrimas en los ojos, no habiendo rostro de ninguna persona enjuto por de duro corazón que fuere…”

Este hecho lo reafirma el cronista Martín de Murúa (1613) añadiendo que el sermón de ese día corrió a cargo del prior del convento de S. Agustín, fray Diego Pérez.

Los actos religiosos prosiguieron y el 25 de febrero tuvo lugar un triste acontecimiento: colapsó el techo de una parte de la catedral, donde se guardaban las imágenes que se sacaban en procesión. Los que actuaban como intermediarios entre los pecadores y la divinidad habían quedado destruidos. Mal presagio!   Estaba lloviendo, se llevó a cabo un nuevo exorcismo y se conjuraron las negras nubes con el tañer de las campanas, como era costumbre en España en estos casos.

El sábado 26 de febrero, a las 14.00 horas, salieron doce sacerdotes con doce relicarios “…con grandes reliquias y huesos de santos; iban todos los sacerdotes descalzos…” La procesión finalizó a las 18:30 y, a continuación, se organizó una segunda desde el convento de Sto. Domingo con el Cristo de la Vera Cruz y la imagen de Nuestra  Señora del Rosario.

El domingo 27 por la mañana salió otra procesión de la iglesia de S. Agustín y el lunes 28 se realizó el último exorcismo con repique de campanas. Desde el día 5  hasta el lunes 13 de marzo se ofició una novena de misas cantadas a Sta. Marta y a la Virgen de la Consolación. El día antes, el 12 de marzo tuvo lugar el último episodio explosivo con emisión de flujos piroclásticos. Al día siguiente finalizaba la novena a Sta. Marta, apareció el sol y el volcán se fue calmando progresivamente hasta el 2 de abril que lució el sol con plenitud. La crisis había terminado y Sta. Marta, patrona de Arequipa frente a terremotos y truenos, había intercedido ante Dios por su ciudad y salvado a muchas de sus gentes.

El obispo de Cuzco, Antonio de Raya Méndez de Navarrete, de quien dependía la ciudad de Arequipa, aportó 10.000 pesos de limosna en forma de alimentos y plata a repartir entre los necesitados, que eran todos.

Hemos visto la reacción de la Iglesia y de los cristianos…pero ¿cómo interpretaron la crisis volcánica los indígenas andinos?

Con la llegada de Pizarro a estas latitudes en 1532, arribaron también los misioneros que intentaron comenzar a evangelizar a los indígenas locales de etnia quechua y aymara. Al igual que todavía sucede hoy en día en la península de Yucatán y Guatemala, la iglesia permitió una mezcla de cultos entre las creencias andinas y los rituales cristianos con el fin de ir gestionando la transición religiosa.

Cuando tuvo lugar la erupción del Huaynaputina, la población indígena se cuestionó su adhesión a la fe cristiana y consideró que habían traicionado a sus dioses ancestrales. Era la venganza de la Pacha Mama, la Madre Tierra, y de Tunupa, el dios del rayo que habitaba en los volcanes. Además de controlar volcanes y rayos, lo hacía también sobre las aguas y los huaycos (corrimientos de tierra). Era el dios clave ante los desastres naturales.

Por otra parte, la crisis de fe de la población indígena se acrecentó al ver que el Dios y las imágenes de los conquistadores no hacían caso a las continuas rogativas organizadas por los poderes eclesiásticos y civiles. Es más, como Dios no les hacía caso tenían que recurrir a neutralizar a los demonios, el poder antagónico,  con exorcismos. Una clara falta de empatía entre Dios y los hombres.

Los cronistas narran que los indígenas comenzaron a vestirse con sus ropas tradicionales, a comer y embriagarse con chicha como tenían costumbre antes de la llegada de los españoles, renunciar a su nombre cristiano y regresar al propio, hacer sacrificios a sus antepasados y suicidarse lanzándose vestidos con sus mejores ajuares al interior del volcán. Martín de Murúa escribe:

“…antes de que reventase el volcán, en la furia de los temblores, mucha gente de estos pueblos a la falda del cerro, ofrecieron lanas de colores y otras cosas que solían antiguamente, y algunos indios e indias desesperando se arrojaban vivos en las quebradas y concavidades que se iban abriendo del volcán…”

El jesuita Bernabé Cobo:

“…otros de los habitantes de los pueblos cercanos al volcán, por librarse de congoja y de otra muerte más penosa, se ahorcaron.”

Y Vázquez de Espinoza:

“…los indios al principio de la tempestad se retiraron a un alto cerro, muchos de los cuales se decían idolatraban en él y le hacían sacrificios en él al demonio, ofreciéndole en tiempos indios que echaban en el volcán para que los tragase…”

En la zona andina, de manera ancestral, siempre ha habido una conexión espiritual entre el indígena y el volcán, debido a la creencia de que en ellos habitaban los ancestros con divinidades como Tunupa. El despertar de un volcán, que en los Andes es siempre explosivo, era la prueba de su enfado por haber aceptado la presencia de los españoles. Estos, por el contrario, creían que los suicidios eran actos de cobardía frente al desastre.

Ante esta situación, muchos indígenas huyeron o se escondieron. Precisamente ellos eran los encargados de limpiar los tejados de ceniza y piroclastos, así como las acequias que suministraban agua a la ciudad. Si huían tampoco podrían ayudar a los españoles en la reconstrucción. El Corregidor intentó frenar el éxodo dándoles comida, pero la medida no surtió efecto ya que la erupción era el castigo de los dioses por haber aceptado la presencia de los españoles con otro Dios. El Corregidor entonces, pasó a castigarlos. El cronista Vázquez de Espinoza escribe…

“…que los indios andaban con agorerías y hechicerías y que con falta de fe decían que el mundo se acababa y que pues se morían, se comiesen y bebiesen cuanto tenían; el Corregidor puso algún remedio prendiendo a los que andaban desmandados…”

En la actualidad, el Huaynaputina sigue siendo un edificio volcánico modesto frente a los seismiles que lo rodean. No tiene un perfil topográfico destacado y cuenta con tres cráteres contiguos colindantes de 70 a 150 m con actividad fumarólica, que se disponen sobre una meseta de una altura media de 4.200 m, alcanzando los 4.850 su punto más elevado (fig. 6), pero sigue catalogado como un potencial volcán activo.

Fig. 6.- El actual cráter triple del Huaynaputina (INGEMMET, 2018)

Han pasado más de 400 años del desastre y ahora Arequipa es, quizás, la ciudad más bonita del Perú con bellos edificios coloniales. El 30 de agosto de 2015, los medios de comunicación  anunciaron que el Gobierno “ desenterrará los diecisiete poblados indígenas que, según los arqueólogos, fueron sepultados por los flujos piroclásticos del Huaynaputina en el año 1600: Quinistacas, Omate, Coporaque, Quinistaquillas, Tassata, Escobaya, Hanvasi, Cupilaque, Coalaque, Yamana, Acambaya, Jurama, Laji, Chica, lloque, Colona y Checa. ” Ha sido llamado el Proyecto Huayruro, la Pompeya peruana, que ha comenzado ya a desenterrarse bajo el auspicio de Instituto Geológico Minero y Metalúrgico (INGEMMET) y el Instituto Geofísico de Perú (fig. 7).

Fig. 7.- Ruinas desenterradas de la ciudadela inca de Estagagache. En la parte superior de la foto de observan los depósitos blancos del flujo piroclástico que las cubrían (INGEMMET, 2018)

La erupción del Huaynaputina puso en jaque la autoridad de la Corona de Felipe III. Ni el entonces 9º Virrey de Perú Luis de Velasco y Castilla, el arzobispo de Lima Toribio de Mogrovejo y el prelado de Cuzco, Antonio de Raya Méndez de Navarrete, pudieron y supieron gestionar la crisis volcánica. La iglesia de Arequipa retrocedió a 1540 cuando Pizarro fundó la ciudad y tuvo que comenzar de nuevo el proceso evangelizador al haber perdido toda credibilidad ante la población indígena quechua y aymara. El autor de estas líneas puede afirmar con conocimiento de causa que en muchas zonas andinas todavía no lo ha conseguido, de la misma manera que tampoco ha sido posible con la población maya de Yucatán, Chiapas, Guatemala y Honduras.

Hasta aquí la crónica de lo acontecido en el Perú, pero…qué efectos tuvo esta gran erupción histórica en otros lugares del mundo?. Una columna eruptiva de 35 km de altura,  8 km³ de materiales finos inyectados en la troposfera junto con 70 millones de toneladas de ácido sulfúrico, necesariamente han de tener consecuencias.  Al otro lado del Pacífico,  dos países  nos ofrecen la respuesta: China y Corea. Los historiadores Fei y Zhang de la Universidad de Shanghai y Lee de la Universidad de Hong Kong nos lo detallan en un documentado trabajo publicado en 2016 que, además, compara estos resultados históricos con estudios propios de dendrocronología de los anillos de crecimiento de los árboles en China (fig.7)

China y Corea, desde tiempos ancestrales han dispuesto de miles de cronistas que describían de manera minuciosa todo cuanto acontecía. En China, las copias de sus escritos se guardan en la biblioteca de Shanghai y en las de las universidades  de Fundan (Shanghai) y  de Ciencia y Tecnología  de Hefei. En Corea, los Anales de la dinastía Choson, integrada por 1.893 volúmenes, cubren los acontecimientos desde 1392 a 1910, con la particularidad de que están escritos en chino clásico y adoptan también el calendario lunar chino, por lo que la cronología es idéntica.

En el año 1.600 de nuestra era, en China reinaba Zhu Yijun, XIV y último emperador de la dinastía Ming, llamado Wandi (diez mil calendarios), que era el nombre de la era de su reinado (1572 -1620).  Corea estaba bajo el mandato del rey Seonjo, decimocuarto rey de la dinastía Choson, que gobernó entre 1567 y 1608.  Su reinado está detalladamente explicado en 263 volúmenes de los 1.893 que cubren los 500 años de su dinastía y constituyen las fuentes de este trabajo.

Los sucesos narrados en ambos países son coincidentes. La erupción del Huaynaputina comenzó el 19 de febrero de 1600. En Perú era verano y en China y Corea pleno invierno. Un año después, la primavera, verano y  otoño de 1601 resultaron muy anómalos en China y Corea (fig. 8): fueron muy fríos, no hubo deshielo en las montañas, se helaron las cosechas y la gente vestía con ropa de abrigo. Entre el invierno de 1601 y el de 1602 no hubo estaciones intermedias.

Fig. 8.- Zonas en las que las crónicas indican primavera y verano muy fríos (Fei, J. et al, 2016)

Como consecuencia, la agricultura quedó muy dañada y faltó la comida para animales y personas. Los precios subieron de manera desmesurada y comenzó una gran hambruna generalizada. Las crónicas narran terribles epidemias en las provincias de  Anhui, Zhejiang, Fujian, Jiangxi, Hunan, Yunnan, Shanxi y Guizhou con miles de muertos (fig. 9). En algunas provincias, como la de Shanxi, las epidemias se prolongaron hasta la primavera de 1602.                                       

Fig. 9.- Zonas de epidemia y predominancia por estaciones  en 1601 (Fei, J. et al, 2016)

En la península de Corea las consecuencias fueron las mismas. La primavera y el verano de 1601 fueron sombríos, casi sin sol, y muy fríos. Las crónicas narran que a mediados de verano comenzó el calor pero vinieron grandes lluvias y se acrecentaron las epidemias.

Las cenizas y gases del Huaynaputina habían circulado por la troposfera, cruzado el Pacífico y llegado hasta el continente asiático. Gracias a la minuciosidad de sus gobiernos, conocemos la historia. Pero hay más crónicas y estudios:

  • En Rusia el invierno de 1601-1602 fue extremadamente frío y murieron más de 500.000 personas en la que se considera la mayor hambruna de la historia rusa. Hubo una importante crisis demográfica y el zar Boris Gudunov otorgó a los terratenientes el permiso de persecución a  los campesinos fugitivos y retiró a estos el derecho a cambiar de amo. Las revueltas populares destronaron al zar, que murió en 1605.
  • En los países bálticos (Estonia, Letonia y Lituania) el invierno de 1601 fue el más frío de los últimos 500 años. El puerto de Riga quedó completamente congelado.
  •  En Suecia, las nevadas de 1601 fueron muy intensas y el deshielo del verano dio lugar a las mayores inundaciones de su historia.
  • En toda Escandinavia e Islandia el sol del verano de 1601 quedó muy atenuado por una constante y densa calima, hasta el punto que no se generaban sombras. En toda Europa central durante todo el año 1601 y hasta julio de 1602 el sol y la luna aparecieron rojizos y borrosos por el polvo en suspensión.
  • En Suiza el invierno de 1601 fue el más frío entre 1525 y 1860
  • En Francia la vendimia de 1601 está entre las siete más tardías entre 1500 y 1700.
  • Un estudio de dendrocronología llevado a cabo en la Sierra de Guadarrama (Génova, M., 2012) pone de manifiesto que entre los mínimos de crecimiento de los anillos de los pinos, el intervalo entre 1600 y 1602 es uno de los mas acusados, siendo el año 1601 el mínimo de toda la cronología regional.

Pero hay datos todavía más definitivos sobre la importancia de la erupción:

En la década de los 60  comenzaron a realizarse  sondeos profundos a testigo continuo  en los hielos de Groenlandia y de la Antártida con el fin de estudiar la historia de los cambios climáticos que, al igual que sucede en los anillos de crecimiento de los árboles, pueden aportar una información valiosísima. Este tipo de estudios están cada vez más extendidos.

En el caso que nos ocupa, las grandes erupciones volcánicas pueden quedar reflejadas en los hielos tanto en forma de bandas de cenizas microscópicas como de un incremento de la acidez del hielo por la presencia de ácido sulfúrico, producto final de la reacción de los gases  azufrados (SO₂ y H₂S) emitidos por el volcán con la humedad atmosférica.

Las grandes últimas erupciones con VEI 6 como las del Tambora (1815) y Krakatoa (1883) constituyen excelentes marcadores en los polos de ambos hemisferios, pero nuestro Huaynaputina también, y constituye el mejor marcador del  siglo XVII.

Es la mejor prueba de la violencia de una explosión cuyas cenizas y gases circularon por todo el planeta arruinando religiones, generando un largo invierno que provocó hambrunas y epidemias y hasta doblegó a uno de los zares más conocidos de la historia rusa. El modesto y escondido Huaynaputina sigue activo…

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¡Esperamos veros muy pronto!

Capítulo 3: El supervolcán de Campi Flegrei: El fin de los Neanderthales y un regalo inestimable a la ingeniería romana.


Por José F. Albert –  Dr. en Ciencias Geológicas.

En el capítulo anterior nos referimos al Vesubio como, quizás, el volcán más peligroso de Europa. También apuntamos que, muy próximo a él, en el extrarradio occidental de la ciudad de Nápoles, se encuentra un gigante dormitando, nuestro supervolcán europeo…el supervolcán de Campos  Flegreos.  Nos comprometimos a contar su historia otro día…y ese día ha llegado!

Cráter de la Solfatara, el respiradero del supervolcán de Campos Flegreos.
Los volcanes Vesubio y Campos Flegreos y situación de los yacimientos arqueológicos de año 79.
Representación idealizada de las cámaras magmáticas del supervolcán de Campos  Flegreos
  y del Vesuvio deducidas por métodos geofísicos

La historia volcánica de la región de Campania comienza hace unos 2 millones de años por el continuo reajuste de las microplacas del Mediterrráneo que conforman el frente de colisión  entre Africa y Europa. Estas inmensas fricciones se manifiestan en forma de una importante actividad sísmica y volcánica a lo largo del contacto entre ambas placas. Los terremotos del SE español y el volcanismo de Almería y Columbretes,  hasta los volcanes y seísmos de las islas griegas del Egeo y parte de la Anatolia turca, constituyen los extremos de esa cremallera que intenta ajustarse. En su centro, los grandes volcanes italianos.

En la mitad sur de Italia, volcanes activos como el Etna, el Vesubio, el Stromboli, Vulcano…nos indican que, a día de hoy, éste es su centro neurálgico. Viene marcado por bellos edificios volcánicos que rozan los 1.000 m de altura (Stromboli: 924 m), los superan ampliamente (Vesubio: 1.281) o los triplican (Etna: 3340 m).

El supervolcán de los Campos Flegreos es más modesto, pues su mayor altura no supera los 458 m. Cuando estás en Sorrento, inmerso en el ocaso de la bella bahía napolitana y contemplas el oeste, con Pozzuoli y Miseno al fondo, allí donde Plinio el Viejo tenía su flota, no adviertes al  gigante dormido.

Su enorme cámara magmática está agazapada bajo la bahía de Nápoles y abarca un círculo de casi 15 km de diámetro. Respira mientras duerme y su azufrado aliento se exhala por la Solfatara, un ahora pequeño edificio volcánico teñido de blanco por la acción corrosiva de los gases sulfurosos y el CO₂ que emiten sus constantes fumarolas. Se encuentra en el extrarradio urbano de Pozzuoli. Los turistas adoran hacerle fotos, sin saber que más de uno ha muerto en su interior, a pesar de las vallas…

Campi Flegrei y la Solfatara.

Una vista aérea del entorno, advierte a cualquier geólogo experto en volcanes que no se trata, ni mucho menos, de una zona tranquila. Los 15 km de diámetro están plagados de cráteres y calderas de explosión, algunas convertidas en míticos lagos, como el Averno, por donde, según la mitología grecorromana, se entraba al inframundo. Cabe decir que Averno, proviene de una locución griega que significa sin aves, dado que las que osaban volar por encima caían muertas por efecto de los gases tóxicos.

La zona flegrea fue colonizada por los griegos jonios de la isla de Eubea en el S. VII a.C.  Cerca del lago Averno, se encuentra también la cueva de la sibila de Cumas, la más importante de las diez sibilas conocidas en la Antigüedad y la que acompañó al troyano Eneas por el Hades, el inframundo griego, para que visitara a su padre Anquises

Pero su respiración no es el único indicio de que el supervolcán sigue durmiente. Su pecho se hincha y deshincha cuando decide anunciar que le puede sobrevenir un ataque de tos.  En todos los volcanes, cuando hay una inyección de magma en su cámara, el fenómeno se manifiesta con tres parámetros: aumento de la microsismicidad, elevaciones verticales (mm o cm) de la superficie del suelo detectable por GPS satelital y cambio en la composición química de los gases emitidos. Estos movimientos verticales del terreno por el empuje del magma y la presión de los gases acumulados, se denominan bradisismos.

El más famoso y documentado del mundo es el que tiene lugar en el área de Pozzuoli y se conoce gracias al mal llamado Templo de Serapis.  Se trata del macellum de la Pozzuoli romana, es decir, su antiguo mercado público construido en la época Flavia (S. I d.C.)  Se excavó de 1750 a 1820 y se encontró una estatua del dios greco-egipcio Serapis, de ahí su nombre. En aquella época la zona de Pozzuoli-Miseno era el mayor puerto de Roma en el Tirreno y aquí llegaba el trigo de Alejandría, lo cual justifica la presencia de la deidad egipcia.

El templo está construido muy cerca del mar. Si se visita ahora puede encontrarse seco o ligeramente inundado, pero las columnas que quedan en pie, presentan sus fustes carcomidos e incrustados de moluscos marinos litófagos hasta una determinada altura, signo inequívoco de que permanecieron sumergidas en el mar durante muchos años (cámara magmática con menos presión interna). La datación por radiocarbono del material biológico de las tres columnas más altas indica que, desde su construcción en la época romana, se han producido dos crisis diferentes de hundimiento de más o menos la misma amplitud (7 metros):  una inmersión en la Alta Edad Media que finaliza entre los siglos V y VII y una segunda  durante los siglos XIII-XIV, anterior a la erupción volcánica del Monte Nuovo, junto al lago Averno,  en 1538.

Detalle de los lugares referidos en este artículo.
El Macellum (templo de Serapis) de Pozzuoli.
(Foto del autor).
Detalle de una de las columnas incrustada de moluscos marinos
(Foto del autor)

Cada inyección de magma genera un incremento de altura en toda el área que es muy visible en la zona costera, si se toma el nivel del mar como referencia. La pérdida de presión del sistema, bien por una erupción volcánica que libere magma y gases o por otras causas que no vienen ahora al caso, provocará el hundimiento de la superficie del terreno.

El siglo XVI fue aciago para la zona. Numerosos terremotos asolaron sus campos. Del 28 al 30 de septiembre de 1538 tuvo lugar la erupción que generó el Monte Nuovo, destruyó la villa termal de Tripergole y hundió la también lujosa villa termal romana de Bayas bajo el mar. En la actualidad constituye un espectacular reclamo turístico visitarla con barcos con fondo de cristal dado que se halla situada a algunos centenares de metros de la línea de costa actual y a unos 15 m de profundidad.

La ciudad romana sumergida de Bayas
(Fotos: A. Bustiello, www.zingarate.com y capturas de Youtube)

Todo lo expuesto ha sucedido en época histórica.  Con anterioridad, los eventos volcánicos explosivos tuvieron lugar hace 39.000, 10.500, 8.000 y 4.500 años. En la actualidad 80.000 personas viven en el interior de la caldera de este supervolcán, y tres millones en el área metropolitana de Nápoles a la sombra del Vesubio. Desde los años 80, el supervolcán de los Campos Flegreos ha mostrado signos claros de reactivación mediante incremento de la actividad sísmica, modificación de la composición química de los gases emitidos por la Solfatara y un acusado ascenso topográfico vertical.

En 1985 se generó una importante alarma dado que el nivel del suelo se elevó casi dos metros respecto al nivel del mar en tres años. Se evacuó a una gran parte de la población pero, afortunadamente, volvió al equilibrio inicial y la gente regresó a sus hogares. Fue un ensayo de lo que volverá a suceder de nuevo…y quizás no haya tanta suerte.

Seguimiento de la crisis bradisísmica de 1985. Elevación de casi 2 m en 3 años y ejemplo práctico (escalera añadida para embarcar)
(Foto del autor)

Hoy en día, el fenómeno sigue activo y todo converge hacia una nueva erupción por la presión que está ejerciendo el magma acumulado en su interior. Los geólogos y geofísicos del Observatorio Vesubiano lo monitorizan continuamente. En geología se esperan dos grandes catástrofes: el terremoto de la falla de S. Andrés en California (el llamado big one) y la erupción de la bahía de Nápoles. ¿Cuándo?  No se sabe pero el riesgo sigue ahí agazapado.

Pero… ¿Qué sucedió antes de la época histórica? ¿Qué nos cuenta la historia geológica del supervolcán?

Sabemos que todo comenzó hace unos 50.000 años con erupciones submarinas acumulativas de magmas evolucionados (ricos en sílice y viscosos) que terminaron por llegar a superficie. Hace entre 40.000 y 39.000, tuvo lugar una gigantesca explosión que formó la actual caldera de los Campos Flegreos, proyectando a la atmósfera 200 km³ de materiales (VEI 7).

Los materiales de esta gigantesca explosión se distribuyeron mediante dos mecanismos principales:

A) Depósitos de nubes ardientes (flujos piroclásticos) como los del Vesubio que sepultaron Pompeya y Herculano. Recordemos que son una densa nube de piedra pómez, cenizas y gases, mayoritariamente CO2 y vapor de agua, que se desplaza a más de 100 km/h a una temperatura muy elevada (400º-600ºC). Una vez enfriadas, forman unos depósitos generalmente grisáceos o blanco – amarillentos denominados ignimbritas o tobas ignimbríticas, una roca muy ligera, fácil de trabajar y muy resistente. A título de ejemplo, las catacumbas de Roma y Nápoles están excavadas en ignimbritas.

Nuestra explosión cubrió 6.000 km² de territorio con depósitos ignimbríticos . En la zona de Nápoles y su bahía sobrepasan los 150 m de espesor, en la isla de Creta tienen entre 3 y 4 m, y llegan a un metro de espesor en el delta del Nilo.

Espesores de las ignimbritas de la gran explosión de Campos  Flegreos (40-39 K.años). Mapa de detalle de las mayores acumulaciones  (100 – 5 m) (Ronaldi, G. et al., 2003)
Espesores de las ignimbritas de la gran explosión de Campi Flegrei (40-39 K años)
Mapa general de su expansión hacia el SW del Mediterráneo (>10 – 1 m) (Ronaldi, G. et al., 2003)

B) Cenizas que se dispersaron mediante corrientes estratosféricas impulsadas por la columna eruptiva.  Cada erupción volcánica lleva su firma geoquímica y mineralógica. Ninguna es igual que otra y por este motivo resultan perfectamente identificables se hallen donde se hallen alrededor del mundo. En la figura adjunta se indica su extensión reconocida mediante análisis de sus componentes. Cubrió casi toda Eurasia.

Distribución de las cenizas de la gran explosión de Campi Flegrei (40-39 K años)  (Ronaldi, G. et al., 2003)

Estas grandes erupciones generan fundamentalmente tres tipos de problemas que provocan crisis climáticas inmediatas:

  • Los gases azufrados emitidos por el volcán a la estratosfera se oxidan a ácido sulfúrico, que puede permanecer en la atmósfera varios años en forma de aerosol reflejando la luz solar. Además de la reducción de radiación solar que esto implica, el ácido sulfúrico, de manera lenta, es devuelto a la superficie de la tierra en forma de lluvia ácida, que destruye la vegetación y contamina las aguas.
  • Las cenizas proyectadas por la columna eruptiva a nivel estratosférico pueden mantenerse en suspensión durante varios años reduciendo de manera importante la luz solar. Se genera entonces una importante crisis climática (invierno volcánico) con la consiguiente repercusión sobre la cadena trófica: Frío; los vegetales mueren o reducen su crecimiento por falta de luz y calor; la población de animales herbívoros se reduce drásticamente por escasez de alimento; los carnívoros experimentan la misma reducción y el hombre, al final, durante algunos años ve mermada de manera importante su posibilidad de alimentarse.
  • Los elementos proyectados, físicos y químicos, llegan a provocar auténticos caos meteorológicos. A título de ejemplo que veremos en sucesivos capítulos, podemos citar la desaparición de los monzones por algunos años o frenar las crecidas del Nilo, con el consiguiente problema alimentario y económico que suponen cualquiera de los dos casos.

¿Qué consecuencias se derivaron de la erupción del supervolcán de los Campos Flegreos?   Dos muy importantes:  una mala y otra buena. Comencemos por la mala.

Hay cada vez mayor consenso en que la megaexplosión contribuyó de manera importante a la desaparición de los Neanderthales. La línea evolutiva Homo antecesorHomo heidelbergensisHomo neanderthalensis  aparece en Eurasia durante el Pleistoceno medio, hace 1 millón de años. Hace unos 40.000 años, el Homo sapiens llega a Europa y entra en competición con el Neanderthal

Ocupación de Eurasia por los Neanderthales
(Wikipedia)
Reemplazamieno del territorio Neanderthal por el H. sapiens hace unos 40.000 años
(Wikipedia)

De acuerdo con las dataciones absolutas, la erupción de Campos Flegreos  aconteció entre 40.000 y 39.000 BP, cuando la población neanderthal estaba ya distribuida en grupos muy dispersos entre sí por acción del mayor éxito territorial del H. sapiens.

En 2010, una publicación rusa de Liubov Vitaliena Golovanova et al. en Current Antropology de la Universidad de Chicago, advirtió un detalle que alimentó la hipótesis de la erupción. En la cueva de Mezmaikasya, al sur de Rusia, encontraron restos neanderthales en contacto con dos capas de cenizas volcánicas que, una vez analizadas, resultaron ser de la erupción del cercano volcán Elbrus  (45.000 – 43.000 BP) y, la más reciente e importante, de los Campos  Flegreos. En los estratos superiores a las cenizas italianas, la presencia de polen y de fauna se reducía drásticamente, poniendo de manifiesto una importante crisis climática.

A partir de ahí prosiguieron las investigaciones hasta completar el siguiente mapa del alcance verificado de las cenizas. A título de ejemplo, puede decirse que en la localidad rumana de Urluia, junto al Mar Negro y a 1.125 km de Pozzuoli, el espesor de las cenizas es de más de 1 m.

Dispersión de las cenizas de la explosión de los Campos Flegreos por yacimientos neandertales europeos (Golovanova, L. V. et al., 2010).

Otros grupos de trabajo han seguido esta línea de investigación, y cada vez parece más aceptado que el cambio climático provocado por la erupción eliminó los nichos ecológicos neandertales de Europa central, dejando únicamente dos grupos muy aislados entre sí: un núcleo asiático que se perdió en el tiempo y el reducto español, donde nunca llegaron las cenizas de la colosal erupción napolitana y cuyos últimos vestigios terminan en las cuevas de Gibraltar

La especie Neanderthal desaparece en el tránsito Paleolítico medio – Paleolítico superior, o sea en el paso Musteriense – Châtelperroniense. En una cuidada publicación de Nature (2010), 50 antropólogos y arqueólogos europeos, encabezados por Tom Higham, establecen el tránsito de los tecnocomplejos Musteriense – Châtelperroniense entre 41.030 y 39.263 BP y aportan este mapa de extinción de la presencia neanderthal en el sur de Europa, siendo la Península Ibérica y las cuevas marinas de Gibraltar, su último bastión.

Evolución temporal de las culturas neandertales en determinados yacimientos del oeste europeo (Higham, T. et al., 2014)

Resulta evidente que hubo una competición entre las especies Neanderthal y Sapiens y la segunda estaba destinada a ser la ganadora por diferentes motivos. Pero no es menos obvio que la erupción de los Campos Flegreos tuvo lugar en el momento espacial y temporal justo para ayudar a nuestra actual especie.

Pero el volcán para las culturas antiguas ha sido siempre un dios. Castiga a los hombres con su furor cuando se enfada, y los bendice cuando obedecen.

¿Cuál fue el regalo de los dioses con la gran explosión de los Campos Flegreos? La feracidad de las tierras circundantes es siempre el regalo más conocido y valorado por los pueblos que las habitan. En nuestro caso, hubo otro de gran trascendencia para la antigua Roma: la gran acumulación de tobas ignimbríticas (depósitos de flujos piroclásticos consolidados).

Una toba es una roca volcánica que se forma por la consolidación de cenizas y otros depósitos finos depositados por una erupción. Suele ser de color claro, de marrón a blanco-amarillento, porosa y ligera, de fácil corte, pero muy resistente a la compresión.

La ciudad de Nápoles está construida sobre una capa de más de 100 m de estos materiales de la gran explosión. El famoso Nápoles subterráneo, sus catacumbas, el enorme cementerio delle Fontanelle… todo está excavado en estas resistentes cenizas consolidadas.  Las canteras de extracción abundan desde la región de Campania hasta el Lacio.

Cantera de ignimbritas cercana a Nápoles (Morra, V. et al., 2010)
El Cementerio subterráneo delle Fontanelle (Nápoles) excavado en las tobas ignimbríticas de la explosión de Campos Flegreos
(Foto del autor)

Los romanos descubrieron sus extraordinarias propiedades para la arquitectura. Con este material hicieron su famoso opus caementicium, un hormigón fabricado con pozzolanas (la ceniza de Pozzuoli).  

Se hizo imprescindible en la construcción de puertos dado que era altamente resistente a la corrosión marina. Al tratarse de un cemento silíceo y no carbonatado, que suele ser el habitual, resulta inerte frente al sulfato del agua marina, cosa que no sucede con los cementos carbonatados convencionales. Tanto Vitrubio como Plinio el Viejo valoraron mucho este material, dado que era inmune ante el fuego y respondía muy bien a la erosión y los cambios de clima, aparte de ser muy fácil de cortar y trabajar. Vitrubio, en su tratado De Architectura recomienda una proporción concreta de pozzolana para fabricar los morteros estructurales para edificios y otra para puertos y trabajos submarinos (pulvis puteolanus). La ciudad portuaria de Cesarea Maritima, entre Haifa y Tel Aviv, edificada por Herodes el Grande entre los años 25 y 13 a.C., es el primer ejemplo conocido de una gran obra portuaria construida con esta tecnología.

Su ligereza y su resistencia a la compresión permitió también a Roma construir cúpulas como las del Panteón de Agripa o la Basílica de Majencio, solo igualadas por primera vez en el Renacimiento  italiano.

Podemos concluir por tanto, que la terrible erupción de Campos Flegreos parece que  ayudó a la progresión de nuestra especie e hizo un útil e inesperado regalo a Roma. Roma, como no podía ser de otra manera, se lo cedió a la Humanidad.

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¡Esperamos veros muy pronto!

Los diez principales hallazgos arqueológicos españoles en 2020


Por Saúl Martín González (U.N.E.D.- Equipo Arqueológico Driebes-Caraca).

Recientemente en este blog publicábamos nuestra particular selección de los principales hallazgos arqueológicos de 2020 en el mundo. Sería largo y prolijo el debate acerca de que “Spain is different” o no, pero al menos en esta ocasión, hemos preferido separar la Arqueología patria de los del resto del mundo. Queremos advertir que aquí nos ocupamos de los descubrimientos más importantes de la Arqueología española, esto es, tanto de los realizados en suelo español como de aquéllos que nuestros equipos científicos puedan desarrollar en el extranjero.

Tal y como decíamos en el artículo anterior, que puedes leer en este mismo blog, para muchos, el pasado 2020 constituyó un auténtico annus terribilis, también para España, con las terribles consecuencias que todos conocemos. A pesar de ello, nuestra amada disciplina ha progresado en singulares hallazgos que nos permitimos categorizar en un “Top 10” que, como siempre sucede, no están todos los que son (estos listados siempre son caprichosos, dejando fuera otros igualmente meritorios), aunque sí que son todos los que están. Allá vamos:

1 – La leona de los olivares (La Rambla, Córdoba):

Posiblemente el hallazgo más mediático de la Arqueología española en 2020 se produjo a finales de octubre, cuando Gonzalo Crespo, un agricultor del pueblo cordobés de La Rambla, notó cómo su tractor se enganchaba en algo que emergía del terreno. Con un comportamiento ejemplar, dio parte de inmediato a las autoridades competentes de este sensacional hallazgo: una leona (o quizás loba) íbera cazando y devorando un cáprido. Una pieza excepcional de la estatuaria ibérica que, según las primeras interpretaciones, cabría adscribir al siglo IV a.n.e y que remite a otros paralelos de la Alta Andalucía actual, como los del santuario de El Pajarillo (Huelma, Jaén), Porcuna (Jaén) o de la propia Alcudia de Elche. Ante la sorpresa de propios y extraños, además del descomunal interés mediático, la principal incógnita ahora es establecer si pudo tratarse de una ocultación aislada o por el contrario pertenecería a algún tipo de santuario o necrópolis aún no detectada.   

La leona de La Rambla y su descubridor.
Imagen: Ayuntamiento de San Sebastián de Los Ballesteros

2 – El primer arte rupestre de isla canaria de La Palma

El pasado prehispánico de las Islas Canarias supone un mundo tan interesante como desconocido. Aparte de las momias guanches conservadas en el Museo de Naturaleza y Arqueología de Santa Cruz de Tenerife, otras muchas manifestaciones culturales esperan a ser investigadas en el archipiélago. Es el caso del primer arte troglodítico de naturaleza inmueble documentado en la isla de La Palma, dentro de una cavidad sita en el término municipal de El Paso que recibe el nombre de  “La Cueva Tiznada”. Cierto es que ya se conocían algunas manifestaciones pictóricas similares en la isla de Gran Canaria, como la cueva Pintada de Gáldar, la cueva de las Estrellas de Artenara o las diversas cuevas de Tejeda, pero nada parecido en La Palma hasta la rueda de prensa que a primeros de diciembre dieron ante los medios los miembros del proyecto para la “Prospección arqueológica en cuevas colgadas de la isla de La Palma”. Mediante el descolgamiento vertical y/o el empleo de drones, el equipo dirigido por la arqueóloga Nuria Álvarez ha documentado una serie de pinturas a carboncillo (una serie de líneas verticales que acaso pudieran interpretarse como antropomorfos) dentro de la cueva, asociadas precisamente a trazas de hogares, cuyos carbones fueron empleados para las actividades pictóricas. Todo el material va a ser recogido y analizado sin cribado para optimar la muestra en laboratorio, con el aliciente además de que, según todo parece indicar, la cavidad ha permanecido virgen e indemne hasta nuestros días.  Un dato quizás relevante es que el lugar está dentro del perímetro del denominado “Cantón de Aridane”, donde los antiguos benahoritas y castellanos combatieron por el control de la isla de La Palma a finales del S. XV.  


Pinturas en la Cueva Tiznada de la isla de La Palma
Imagen:: Canarias 7

                            

3 – Campamento legionario de prácticas (San Andrés de Rabanedo, León):

Tras las Guerras Cántabras (29-19 a.n.e.), Hispania fue terminada de someter en su totalidad tras un proceso de tres siglos desde el desembarco de los Escipiones en Ampurias (218 a.n.e.) en el contexto de la II Guerra Púnica. En esta nueva Pax Romana, solamente una legión (la VII Gemina) permaneció en la Península, en relación con la explotación de los distritos mineros auríferos del Noroeste, como Las Médulas y otros lugares del curso del Sil, dando lugar a la ciudad que hoy conocemos como León. Y precisamente en la vía que comunicaba la actual capital leonesa con Asturica Augusta (Astorga), en S. Andrés de Rabanedo, se documentó un tipo de yacimiento hasta ahora desconocido en suelo ibérico: un castrum aestivum o campamento estival de prácticas. En este lugar, los jóvenes legionarios reclutas se ejercitaban y aprendían cuestiones de la máxima utilidad táctica, como la erección de los campamentos militares de campaña de manera rápida gracias al despliegue de una serie de automatismos y rutinas. Ello podría marcar la línea entre el  éxito y el fracaso de una campaña militar, lo que para muchos de ellos era sinónimo de decidir entre la vida y la muerte.  El proyecto es fruto de la colaboración entre el equipo del catedrático Ángel Morillo (Universidad Complutense de Madrid) y el de Almudena Orejas (C.S.I.C.).

Estructuras del campamento legionario deducidas por teledetección
Imagen: Universidad Complutense de Madrid

4 – La gran maqbara de Tauste (Zaragoza):

Los ocho siglos de presencia medieval musulmana en Iberia sin duda suponen uno de los mayores aportes culturales en nuestra Historia (compartida con Portugal en este aspecto), dotándonos de un cierto “hecho diferencial” frente a otros europeos. Aunque tradicionalmente minusvalorada y reducida por la investigación a lo largo de los tiempos, en base a desfasados motivos políticos e ideológicos, la presencia de Al Andalus es terca y aparece esporádicamente a lo largo y ancho de nuestra geografía. A mediados de noviembre pasado, sin ir más lejos, una excepcional maqbara o necrópolis islámica de medio millar de sepulturas vino a la luz en Tauste (Zaragoza), en el contexto del gran asentamiento musulmán en el Valle del Ebro. Datadas entre los siglos VIII y XI de la Era cristiana, suponen uno de los enterramientos colectivos más antiguos en suelo español. Como corresponde al rito islámico, los cadáveres, envueltos en sudarios, se inhumaban de costado, orientados hacia La Meca. Análisis de ADN han establecido que la mayoría de estas personas eran bereberes, es decir, musulmanes provenientes del Magreb, de reciente islamización al producirse la conquista del 711 y que suponían la tropa de los ejércitos emirales de Tarik y Musa. Su dieta ha resultado ser a base de cereales y, en menor medida, pescado y algo de carne. La totalidad de esta necrópolis podría llegar a alcanzar dos hectáreas y albergar 4.500 cuerpos.

Una de las calles de Tauste sobre la necrópolis musulmana
Imagen: El Patiaz

5 – Necrópolis visigoda en Grañón (La Rioja):

Y seguimos con la Arqueología de los espacios funerarios en el Valle del Ebro, pero en esta ocasión nos desplazamos en el espacio (algunos centenares de kilómetros a Occidente hasta Grañón, La Rioja) y brevemente en el tiempo, ya que retrocedemos hasta la Antigüedad Tardía y los albores de la Edad Media. En el transcurso de los trabajos previos (la llamada Arqueología de Gestión) a la ejecución de la autovía A-12, se documentó la presencia de una necrópolis con 35 sepulturas de inhumación de un total estimado de 90, si bien ya se conocía la ubicación de este cementerio desde los sondeos practicados en 2013, según el director de los trabajos Luis Alberto Villanueva. Las fosas se han practicado cortando la roca madre natural y las hay individuales y múltiples, con más de un cadáver, si bien no se documentan trazas de reocupación de las mismas. De lo que no cabe duda es de su fe, ya que se encuentran dispuestos en decúbito supino y orientadas Norte-Sur, detalle típicamente cristiano. Es más, alguna de ellas incluso tiene retocado el cabecero, en la línea de las famosas sepulturas en roca típicas de la Antigüedad Tardía por toda la Spania visigoda.

Necrópolis de Grañón
Imagen: Raquel Manzanares -Agencia EFE

6 – Un ánfora helénica en Ribadeo (Lugo)

No podemos olvidarnos en este repaso a la Arqueología española del 2020, dentro de un país con tantos kilómetros de costa y pasado tan marinero, de las aportaciones de la Arqueología subacuática. En el mes de julio, unos integrantes de la Unidad de Buceo de la Armada de El Ferrol, junto con el arqueólogo subacuático Miguel San Claudio, documentaban la presencia de un ánfora griega del siglo VI a.n.e. en la Ría de Ribadeo (Lugo). Esto supone el hallazgo de la pieza arqueológica más antigua encontrada jamás en las aguas del Cantábrico, además de atestiguar los antiquísimos comerciales entre el Mediterráneo y el arco atlántico, acaso por las rutas fenicias hacia las Islas Británicas en pos del estaño. Sea como fuere, el puerto de Ribadeo ha atrasado su cronología oficial en más de mil años. Más en concreto, el lugar el hallazgo consiste en una suerte de pozo a unos 12-15 metros de profundidad, no lejos del pecio del San Giaccomo di Galizia, uno de los galeones más grandes y temibles de su época, que fue hundido en 1597. También una jarra portuguesa del siglo XVI fue recuperada por el equipo de buceo.

El ánfora helénica de Ribadeo
Imagen: Armada Española

7 – La gran ciudadela fortificada del Calcolítico (Colomera, Benalúa y Montillana, Granada):

El profesor titular de la Universidad de Granada Antonio Morgado y el arqueólogo  José Antonio Bueno, adscritos al grupo de investigación Arqueo Science  de la UGR llevaban siguiendo la pista desde 2014 de un posible gran asentamiento fortificado en la comarca de Los Montes. En concreto, tenían noticias de pinturas rupestres y sepulturas troglodíticas de inhumación, que aún se vieron amplificadas mediante la consulta de diferente documentación planimétrica y fotográfica  proveniente del Instituto Geográfico Nacional y la Junta de Andalucía. Ello les permitió inferir la existencia de un gran centro encastillado en alto, datable en torno al 2500 a.n.e. y circundado por una triple cinta muraria, de 135, 65 y 40 metros de diámetro respectivamente. Finalmente, la primera campaña de excavación sistemática en el lugar, realizada el pasado otoño, ha documentado la presencia de un hábitat de 1,3 hectáreas a base de cabañas circulares, que podían acoger en total hasta algo más del millar de personas. Con trazas de agricultura (molinos de mano, etc.) y ganadería (ovicápridos, bóvidos y suídos) además de caza y pesca y su utillaje relacionado (puntas de flecha, sierras líticas, etc.…), lo cierto es que el lugar controla el espacio circundante y dos corredores naturales en las proximidades de Sierra Nevada. Aunque las incógnitas son aún muchas, no cabe duda de que nos encontramos ante uno de los yacimientos más prometedores de la Arqueología española de cara a las próximas décadas.  

Ortofoto de la planta de un bastión en la muralla exterior
Imagen: Departamento de Prehistoria y Arqueología de la Universidad de Granada
Reconstrucción ideal de la triple cinta muraria de la ciudadela
Imagen: El Ideal de Granada

8 – El sarcófago y la momia femenina de Luxor:

Imagen: José Manuel Galán

Como decíamos al principio del artículo, cuando hablamos de la Arqueología española no debemos pensar solamente en las intervenciones realizadas en nuestro suelo, sino también en aquéllas desarrolladas por nuestros equipos de trabajo en el exterior. En este sentido, quizás una de las más señeras, prestigiosas y conocidas sea el Proyecto Djehuty, desarrollada por un equipo del C.S.I.C. dirigido por el egiptólogo José Manuel Galán en la colina de Dra Abu el-Naga en Luxor, es decir, la antigua Tebas.

En su campaña número 19 en el yacimiento, desarrollada hace ya casi un año (enero-febrero de 2020), el equipo español encontró el sarcófago antropomorfo de una sola pieza de madera de sicomoro, datado en tiempos de la Dinastía XVII, esto es, en torno al 1600 a.n.e. Al abrir el ataúd, de 1,75 m de longitud por 0,33 m de anchura, se constató el cadáver momificado de una adolescente de 15-16 años y 1,59 m de altura, que conservaba intacto todo su ajuar funerario. Consistía en diversas alhajas donde destaca un collar de diferentes piedras semipreciosas y un Horus de ámbar flanqueado por dos ushebtis en el centro del pecho.

Quizás uno de los aspectos más interesantes del hallazgo es su adscripción a una fase más de cien años anterior a la del propio Djehuty, personaje epónimo del proyecto que fue un alto funcionario bajo la reina Hatshepshut, y por tanto presente en el lugar con anterioridad a la construcción del complejo funerario de aquél. En concreto, apareció junto a una capilla de adobe asociado a un pequeño sarcófago (22 x 15 cm) aún precintado mediante una cuerda, que contenía un ushebti y una inscripción referida a Osiris y a otro Djehuty diferente, ¿quizás un antepasado del anterior?.   

9 – La perfumería de Pompeya:

Otro de los hitos de la Arqueología española en el exterior en 2020 ha tenido lugar  en la mismísima Pompeya, proyecto en el que participan la Universidad de Granada, el Instituto Valenciano de Restauración y el Servicio Municipal de Investigaciones Arqueológicas de Valencia. En concreto, los trabajos realizados en la Casa de Ariadna, en el corazón de la civitas, sacaron a la luz una de las perfumerías mejor conservadas de época romana. Presente en la fachada meridional de la domus, han podido documentarse diversas fases donde se van modificando los accesos entre el espacio de hábitat y la taberna (tienda), que a la vez funcionaba de laboratorio/estudio/taller para las esencias. Situada en la Via degli Augustali, una calle comercial en las inmediaciones del macellum (mercado) de la ciudad, los arqueólogos han podido constatar el desarrollo de la actividad productiva y comercial a lo largo de todo el cénit de la vida urbana en Pompeya, esto es, desde inicios del siglo II a.n.e. hasta mediados del siglo I d.n.e., cuando se produjeron una serie de movimientos sísmicos previos a la célebre erupción del Vesubio del año 79. En este sentido, el equipo de trabajo, dirigido por investigadores como Macarena Bustamante-Álvarez (Departamento de Prehistoria y Arqueología de la Universidad de Granada) y Albert Ribera i Lacomba (Universidad de Valencia) ha podido documentar todo el proceso productivo a partir del prensado de las célebres rosas de la Campania, especialmente aromáticas, mezclado con grasas de origen animal como aglutinante, envasado en los no menos famosos ungüentarios de vidrio, etc…  y su producción y venta para múltiples usos en la vida cotidiana de los antiguos pompeyanos.

Planta obtenida por ortofoto y fotogrametría de la Casa de Ariadna
Imagen: Universidad de Granada

10 – Las aguas termales como primer paso en la cocción de alimentos durante el alba de la Humanidad

No podríamos cerrar este listado sin lanzarnos a la apasionante búsqueda de los pasos perdidos de la Humanidad nada menos que en la Garganta de Olduvai (Tanzania), emplazada en el piedemonte del Ngorongoro en el Serengueti. Y lo hacemos de la mano del Proyecto de Paleoantropología y Paleoecología de Olduvai (T.O.P.P.P., en sus siglas en inglés), que tiene su sede en el Instituto de Evolución de África (IDEA) de la Universidad de Alcalá de Henares (Madrid), y donde también participa el Museo Nacional de Tanzania.

Olduvai supone una de las principales “Cunas de la Humanidad”, en el sentido de que se trata de un yacimiento absolutamente inevitable en el estudio del Paleolítico Inferior y el proceso de Hominización o Evolución Humana. Tanto es así, que allí se documentaron por primera vez el Homo habilis y el Homo erectus, se estableció el Olduvayense como la industria lítica propia del primero de ellos y un español, Fernando Díez-Martín (Universidad de Valladolid), encontró los restos más antiguos del Achelense, la industria característica del segundo, con 1,7 millones de años B.P.

En 2014, el Proyecto se propuso realizar una serie de análisis de laboratorio que culminaron el pasado año, encaminados a la reconstrucción del paleopaisaje de la zona. Para ello, trabajaron de manera conjunta con el todopoderoso M.I.T. (Instituto Tecnológico de Massachusetts), la Universidad Estatal de Pennsylvania y la Universidad de Copenhague, descubriendo trazas de unos lípidos generados por la bacteria Thermocrinis ruber. Este hecho resulta de la máxima relevancia, ya que dicho microorganismo habita en aguas termales, por encima de los 80ºC. Ello parece apuntar a una relación directa entre dichas aguas y la atracción de las bandas de homínidos, entre otros motivos por la “cocción natural” de animales muertos en las proximidades de tales ambientes termales. Con ello, aquellas primeras Humanidades ganaron en salubridad e higiene de los alimentos (animales pero también vegetales, como los numerosos tubérculos presentes en los ecosistemas de sabana y su riqueza en carbohidratos) al tiempo que los tornaban más digestivos. Pudiera ser que éste fuera el modo en que los homínidos iniciaron un gusto por la preparación y cocción de los alimentos previamente a su consumo en lugar de realizarlo en crudo, que posteriormente, ya desde el Homo erectus, desarrollarían mediante el empleo del fuego.      

El equipo español en Olduvai en acción
Imagen: ABC

        

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Los diez principales hallazgos arqueológicos en el mundo en 2020


Por Saúl Martín González (U.N.E.D.- Equipo Arqueológico Driebes-Caraca).

Para muchos, el pasado 2020 constituyó un auténtico annus terribilis. Un año que sin duda recordaremos , a nivel individual y colectivo, como el inicio de la terrible primera pandemia a escala planetaria de la Historia (desventajas del mundo globalizado) y los diferentes confinamientos y restricciones impuestos por el azote del SARS-CoV2, por no mencionar la pérdida o las terribles secuelas (físicas o económicas) en familiares, seres queridos y familiares. Empero, durante este año aciago la vida ha seguido su curso y, siempre dentro del panorama general adverso, podríamos decir que la Arqueología ha sido una de las actividades científicas, culturales y económicas que ha sabido capear mejor el temporal (sus actividades al aire libre han ayudado….). Por ello, nuestra amada disciplina continuó proporcionándonos muchas alegrías, en forma de extraordinarios hallazgos, el ya pasado año. A continuación presentamos nuestro particular “Top 10” al respecto y, como siempre, si bien no están todos los que son (estos listados siempre son caprichosos, dejando fuera otros igualmente meritorios), sí que son todos los que están. Allá vamos:

 1- La frase conservada más antigua conocida hasta ahora (Asuán, Egipto):

Egipto siempre resulta un valor seguro si de rankings arqueológicos se trata. En esta ocasión nos marchamos hasta el oasis de Wadi Abu Subeira, al Noroeste de Asuán (sí, donde la famosa presa cuya construcción provocó el regalo del Templo de Debod a España), donde un equipo de la Universidad de Bonn (Alemania) dirigido por el Profesor Dr. Ludwig B. Morenz documentaba un epígrafe sobre arenisca que ha resultado ser, nada más y nada menos, la escritura humana más antigua conocida hasta la fecha. El texto, realizado en sistema jeroglífico, puede datarse en el IV Milenio antes de nuestra Era, y reza lo siguiente: “Dominios del Horus Rey Escorpión”, un Faraón predinástico que se estima que debió vivir en torno al año -3.070.  Además, la inscripción resulta particularmente interesante como hito territorial, ya que apunta hacia la existencia de Egipto (o, al menos, parte de él, donde residiera la Monarquía)  como uno de los primeros Estados territoriales del mundo.    

La frase escrita más antigua conocida
Fotografía: Ludwig Morenz, Universidad de Bönn https://www.uni-bonn.de/news/297-2020

2- Inscripción regia luvita (Türkmen-Karahöyük, Turquía):

Y seguimos con la Epigrafía del Mediterráneo Oriental. En este caso, James Osborne y Michele Massa, arqueólogos de la Universidad de Chicago, se encontraban en plena prospección de superficie cerca de los túmulos de Türkmen-Karahöyük, en la Turquía meridional, cuando se toparon con una estela de piedra inscrita con un epígrafe en luvita, idioma emparentado con el hitita, arrojada dentro de un canal de irrigación agrícola. El texto, que ha sido datado en el siglo VIII a.n.e., canta las glorias militares del Gran Rey Hartapu, consistentes en haber conquistado el Reino de Frigia y haber derrotado a una liga militar de trece caudillos en su contra.  La ciudadela de Türkmen-Karahöyük parece haber sido la capital de esta Monarquía, ofreciendo la imagen de un centro floreciente al menos desde el 1.400 a.n.e. hasta algo después de la época de Hartapu, esto es, la transición de la Edad del Bronce a la Edad del Hierro en el Sur de Anatolia, quizás por la célebre invasión de los Pueblos del Mar.

La estela en el canal de irrigación y restaurada
Fotografía: James Osborne

3- La deidad del subsuelo:

Desde Turquía cruzamos el Mar Egeo (ya que Atenas no podía faltar en este listado) para continuar con más piezas de la Antigüedad que brotan de las aguas. En la capital helénica, la sorpresa saltó durante unos trabajos de saneamiento del alcantarillado urbano. Según la mitología clásica, las almas de los difuntos cruzaban la Laguna Estigia en la famosa barca de Caronte para adentrarse en el Reino de Hades; pero no fue precisamente este dios, sino Hermes, quien brotó de las aguas subterráneas a mediados de noviembre. Se trata de un busto en piedra que debió colocarse sobre una herma o pedestal con la cara de la deidad, elementos que solían situarse en calles y/o encrucijadas a modo de hitos sacros de señalización,  algo similar a los cruceiros gallegos y cruzeiros portugueses. El Ministerio de Cultura griego lo ha datado en torno al año 300 a.n.e., y al parecer cabría adscribirlo dentro del Hermes Propíleo del escultor Alcámenes. Éste sería un tipo de herma que, aunque otrora presidía la entada a la Acrópolis (los Propíleos), ya no se documenta en Atenas aunque sí en Pérgamo y otros lugares.   Perdida ya su función original, la pieza habría sido reutilizada en las infraestructuras subterráneas de la capital del Ática. 

Cabeza de Hermes.
Imagen: Ministerio de Cultura y Deportes de Grecia

4- El Burger/Kebab de Pompeya:

Desde Grecia nos marchamos a otro “cabeza de cartel” de la Arqueología mediterránea, como es nada menos que Pompeya. En el cruce entre el callejón de las Bodas de Plata y el de Los Balcones de nuestra querida ciudad vesubiana, la Sopraintendenza Archeologica per Pompeii dio a conocer poco antes de Navidad el hallazgo de un thermopolium en magnífico estado de conservación. Dicho de otro modo: un establecimiento comercial donde se servían comidas calientes y bebidas para consumir o para llevar, especialmente durante el almuerzo o prandium. Aunque no se trata de un unicum (sólo en Pompeya se calcula que debían existir en torno a unos 80), su estado de conservación resulta asombroso, con los frescos policromados de una nereida y motivos marinos. Este hecho, unido a la fuerte presencia anfórica en el lugar, lleva a pensar en la especialización del local en pescados, mariscos, garum y otros frutti di mare, que dirían los napolitanos de hoy. No obstante, aún no se ha excavado la totalidad del local, con lo que la interpretación del volumen y forma de negocio aún no está resuelta.

El mostrador de Pompeya  con sus frescos polícromos, emergiendo entre el material piroclástico
Imagen: Parco Archeologico di Pompeii

5- El santuario de Rómulo (Roma):

Desde la Campania italiana ponemos rumbo al Norte hasta el Lazio, y es que en este 2020 se encontró nada menos que los restos del Santuario de Rómulo en la Ciudad Eterna. Aunque sensu stricto ya había sido descubierto, al parecer, por el arqueológo Giacomo Boni en 1899, el lugar permaneció en el olvido. Han sido necesarios los recientes trabajos de restauración en la escalinata de la Curia Iulia (es decir, el edificio del Senado) en el corazón del Foro Republicano para reencontrarse con un hipogeo o tumba subterránea que, datado en el siglo VI a.n.e., contenía un gran sarcófago de piedra y un altar circular del mismo material. El lugar encaja bien con los relatos en las fuentes escritas respecto al emplazamiento de la sepultura del Fundador; además, se encuentra anexo al Lapis Niger (Piedra Negra) que los romanos de época imperial consideraban el hito donde Rómulo cayó muerto. La tradición romana establecía el 21 de abril del 753 a.n.e. como el Día de la Fundación de la Urbe (ab Urbe condita) y por tanto inicio de su calendario, si bien los investigadores aún debaten a propósito del grado de veracidad o leyenda. En tal sentido Alfonsina Russo, Directora del Parque Arqueológico del Coliseo, apunta que este nuevo hallazgo pudiera consistir  posiblemente en un cenotafio o falsa tumba, erigido como lugar de culto al Padre Fundador sin que su cadáver llegase a descansar nunca allí en realidad.

Santuario de Rómulo en el Foro romano
Imagen: Parco Archeologico del Colosseo

6- La primera obra de arte mueble del Lejano Oriente (Ling-Jing, República Popular China):

Una diminuta (19,2 mm x 5,1 mm x 12,5 mm) figurilla de ave (por tanto, un paseriforme), practicada sobre hueso quemado como soporte, se ha convertido en este 2.020 en la primera obra de arte mueble conocida en todo el Lejano Oriente, pulverizando los 4.500 años a.n.e. del hallazgo más antiguo hasta el momento en este sentido. Con una antigüedad de 13.500 años a.n.e. (lo que nos lleva directamente al Paleolítico Superior durante la Glaciación Würm, en una fecha coetánea al arte Magdaleniense en Europa), proviene del yacimiento de Ling-Jin en China. La pieza muestra una enorme maestría en la talla, con hasta seis técnicas combinadas para lograr sacar el máximo partido a cada parte, y con el aplanamiento de la base para lograr que se mantuviese en pie. El estudio ha sido dirigido por Zhangyan Li de la Universidad de Shandong en colaboración con la Universidad de Burdeos I  y del C.N.R.S. (Francia).


El pájaro de Ling-Jing (R. P. China). 
Imagen: Luc Doyon y Francesco D´Errico

7- El “Woodhenge” de la Iberia ancestral (Perdigöes, Portugal):

En agosto se dio a conocer el primer “Woodhenge” de la Europa meridional, que para más señas es ibérico. En Perdigöes, al Sur de Portugal, un equipo internacional dirigido por el arqueólogo Antonio Valera documentó una serie de agujeros de poste que conformaban hasta doce círculos concéntricos de más de 20 metros de diámetro. Dicho “megalito” (en el caso de que pueda aplicarse tal término a una estructura en madera) habría permanecido en uso durante la friolera de 1.400 años, desde el Neolítico Medio (circa 3.400 a.n.e.) hasta la Edad del Bronce Inicial (ca. 2.000 a.n.e.). Se ha comprobado el sentido astronómico del complejo, ya que la parte interpretada como su acceso se encuentra orientada hacia la salida del Sol en ambos solsticios. Además, el hallazgo, que se encuentra a miles de kilómetros de sus paralelos más inmediatos (todos británicos) apunta en la dirección de los contactos a larga distancia en las rutas de navegación neolíticas, un tema tan sugerente como mal conocido. Algunos indicios del sitio parecen relacionarlo en ese sentido con la llamada Cultura del Vaso Campaniforme, asociada a los albores de la metalurgia tanto en Iberia (con el célebre “tipo Ciempozuelos”) como en otros territorios de Europa Occidental. Y no hay que olvidar que en el Suroeste ibérico, tanto en España como en Portugal, contamos con extraordinarios ejemplos del megalitismo, como el Cromlech de Los Almendros (o Cromeleque dos Almendres) en Évora o los dólmenes de Lácara (Mérida), Huerta Montero (Almendralejo) o Soto de Trigueros (Huelva), entre muchos otros ejemplos de relevancia. 

Ortofoto del “Woodhenge” portugués
Imagen: ERA Arqueología

8- Anillos de pozos cerca de Stonehenge:

Y del “Woodhenge” ibérico nos vamos al “Stonehenge” británico, o a sus proximidades para ser más exactos. Y es que en el mes de junio (en concreto, dos días después del solsticio de verano, probablemente para evitar las tradicionales peregrinaciones de turistas y curiosos en el contexto de la pandemia) un equipo interdisciplinar de varias universidades británicas, coaligadas en el proyecto Stonehenge Hidden Landscape, hacía público el hallazgo de un anillo de pozos prehistóricos a unos 3 kilómetros del célebre megalito inglés, junto al yacimiento neolítico conocido como “Los Muros de Durrington”. Datado en torno al 2.500 a.n.e., la nueva estructura viene formada por más de 20 pozos de 10 metros de diámetro por 5 de profundidad, configurando un gran círculo sagrado de más de 2 kilómetros de diámetro que podría interpretar una zona liminar entre el mundo de los vivos y la Ultratumba. Tal hipótesis parece reforzarse mediante el hallazgo de tres centenares de sepulturas en su interior, que siguen el rito de la cremación de los cadáveres. Pero además de la función funeraria parece también razonable pensar en una función astronómica para el lugar, que en función de su orientación bien pudiera haber servido de observatorio para los fenómenos celestes.  Según Nick Snashall, arqueóloga del National Trust inglés, se trata de un descubrimiento muy prometedor ya que “los Muros de Durrington eran el lugar donde vivieron y festejaron los descubridores de Stonehenge”.

Los anillos de pozos de Stonehenge.
Imagen de Google Earth de la Universidad de St. Andrews ( https://news.st-andrews.ac.uk/archive/new-circle-discovered-near-stonehenge)

9- Una ocultación monetaria de oro del Califato Abbasí:

Israel, como la práctica totalidad de naciones del Próximo Oriente, ha sido siempre una encrucijada de pueblos y civilizaciones. Incluye también la época de apogeo del Califato Abbasí o Abbásida (750-1.259), los destructores de los Omeyas que, entre otras cosas, transladaron la capital desde Damasco a Bagdad y provocaron la huída de Abd-el-Rahman a Al-Andalus, donde se proclamaría primer Emir Independiente en el año 756 de la Era cristiana. En este caso, algún personaje  de la sociedad abbasí debió esconder a finales del siglo IX, hace unos 1.100 años, en la localidad de Tel Yavneh, al sur de Tel Aviv, un total de 425 dinares de oro de 24 quiilates y 845 gramos de peso, para librarlas de miradas incómodas. El hallazgo, según declaran los arqueólogos Liat Nadav-Ziv y Elie Haddad, se presentó en el interior de una vasija de barro asegurada con un clavo de hierro, pero su propietario nunca regresó a por ellas. Cabe destacar que algunas de las piezas aparecen cortadas en “porciones”, algo habitual en tiempos antiguos para intercambiar la moneda en función de su valor intrínseco en oro, por encima de su valor de uso fiduciario.   

Los dinares de oro del Califato Abbasí en Israel
Imagen: AFP/Heidi Levine

10 – El primer y más extenso templo maya:

Las culturas mesoamericanas de época prehispánica sin duda se han ganado a pulso el reconocimiento entre los grandes de la Arqueología mundial, ya que cada año nos proporcionan rutilantes y fantásticos hallazgos. En 2.020, el arqueólogo de la Universidad de Arizona Takeshi Inomata ponía en el mapa de México el que hasta la fecha parece ser el área sacra más antigua y extensa conocida, aparecida en el paisaje de Aguada Fénix, en el Estado de Tabasco, cerca de la frontera guatemalteca. A través del empleo de diferentes sistemas de información geográfica (S.I.G.), las imágenes satelitales y LiDAR, seguida por una ulterior prospección de superficie, el equipo arqueológico se puso sobre la pista de una enorme plataforma de piedra y tierra apisonada de un kilómetro y medio de longitud por algo más de 15 metros de altura. A través del radiocarbono se dató el conjunto entre los años 1.000 y 800 a.n.e., aunque la tipología arquitectónica del sitio remite al paralelo ofrecido por el yacimiento de San Lorenzo, de cultura olmeca, situado a algo menos de 500 km hacia Occidente y de cronología aún más antigua. Además, se documentó la escultura en caliza de un suído (cerdo o jabalí), bautizado popularmente como “El Choco”. 

Estructura ceremonial maya y súido de Aguada Fénix (Tabasco)
Imágenes: Takeshi Inomata 

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Aportaciones científicas del 2020


Por José F. Albert –  Dr. en Ciencias Geológicas.

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1 – Primera vacuna basada en el ARN mensajero. Hasta ahora, las vacunas clásicas consistían en la inyección de una bacteria o virus debilitado, con el fin de estimular el sistema inmunitario contra este agente infeccioso. En el caso del ARNm, se introduce la información necesaria para traducirse a proteínas específicas que neutralicen el virus.

2 – Aplicación con éxito de la técnica de edición genética CRISPR al tratamiento de enfermedades hereditarias (anemia falciforme y beta talasemia). La terapia ha consistido en extraer células madre de la sangre del paciente, corregir los errores genéticos en el laboratorio y reintroducirlas en el organismo enfermo.

3 -Los microplásticos siguen invadiendo el planeta. Ya no solamente constituyen la mayor plaga en organismos marinos, sino que están pasando a las aves marinas y a las rapaces terrestres.

4 – Paleontólogos del Museo de Historia Natural de Nueva York han encontrado en la Antártida el mayor huevo de “dinosaurio” conocido con cáscara blanda. Mide 28 x 7 cm y es como una gran patata arrugada. Ha sido bautizado como The Thing (la cosa). Su edad se estima en unos 68 millones de años, muy cercana a la de su extinción, que tuvo lugar hace 66 millones. El huevo tiene el tamaño del de un dinosaurio grande, pero es muy diferente y se cree que pertenece a algún reptil marino gigante extinto (si es un reptil marino no es un dinosaurio).

5 – En la cueva Bacho Kiro de Bulgaria, ocupada por Neanderthales, se encuentra el Paleolítico superior más antiguo de Europa. Este año acaban de aparecer también los restos más antiguos de Homo sapiens conocidos hasta ahora en el continente. Se trata de un diente y seis fragmentos óseos datados entre 47.000 y 44.000 BP mediante C-14 y ADN mitocondrial. Esta datación añade evidencia científica de que el H. sapiens africano llegó a esa zona hace aproximadamente 50.000 años, lo que obliga a trasladar esta transición cultural unos 5.000 años antes de lo que se suponía.

6 – Primer superconductor a temperatura ambiente. Este ha sido uno de los sueños de la Física, dado que permitiría diseñar motores y redes de transporte de energía de alta eficiencia. Se trata de un nuevo material formado por carbono, azufre e hidrógeno que actúa como superconductor a 14 ºC. El problema es que han sido necesarias presiones de 2 millones de atmósferas para sintetizarlo.

7 – El acelerador de partículas del CERN permite descubrir una nueva partícula elemental: el tetraquark. Se sabía que las partículas elementales indivisibles (quarks) se unían en grupos de 2 y 3 para formar hadrones, partículas subatómicas unidas por interacción nuclear fuerte. La Física predecía la existencia de hadrones de 4 y 5 quarks y se ha encontrado.

8 – Se ha llevado a cabo el primer vuelo espacial comercial de la historia.  SpaceX, la compañía privada de Elon Musk, ha transportado a dos astronautas de la NASA a la estación espacial con un cohete Falcon9 y la nave Crew Dragon.

9 – La apuesta por la investigación de Marte sigue imparable. Durante el verano de 2020 se han lanzado tres nuevas misiones al planeta rojo: la Mars Hope de Emiratos Arabes (sonda orbital),  la china Tianwen-1 (sonda orbital y rover) y la Perseverance de la NASA (rover para detectar vida). El Perseverance incorpora un micrófono para escuchar los sonidos de Marte y un dron para tomar fotografías aéreas por control remoto.

10 – Se ha detectado el agujero negro más masivo conocido (142 masas solares) mediante el estudio de ondas gravitacionales (proyectos LIGO y VIRGO).  Se formó por la colisión de otros dos agujeros negros de tamaño mediano.

11 – Aparece la supernova más brillante jamás encontrada. Se ha bautizado como SN2016aps y es dos veces más brillante que cualquier otro conocido hasta ahora en el universo. 

12 – Hallado en el meteorito Murchinson, que cayó en Victoria (Australia) en septiembre de 1969, polvo cósmico de 7.000 millones de años de antigüedad, cuando nuestro sol tiene una edad de solo 4.600 millones

13 – Einstein sigue teniendo razón. En abril de 2020 se descubrió la estrella S2, cercana al agujero negro Sagitario A existente en el centro de nuestra galaxia, que no sigue una órbita elíptica según las leyes de Newton, sino que describe un patrón de roseta desplazándose alrededor del agujero negro como si estuviera dibujada con un espirógrafo. Debería pensarse en ir cambiando el nombre a su teoría de la Relatividad. Ya no es una teoría…

14 – El Observatorio Estratosférico de Astronomía Infrarroja (SOFIA) de la NASA detectó la presencia de agua en la cara visible de la Luna. Se trata de hielo depositado en las grietas del crater Clavius, uno de los mayores del hemisferio sur, donde no llega nunca  la luz solar. La concentración es de 100 – 400 ppm/m³ de suelo y su temperatura es de – 150 ºC.

15 – la sonda espacial Voyager-2, lanzada al espacio en agosto de 1977, sobrepasó hace dos años los límites del sistema solar y se halla a 18.000 millones de kilómetros de la Tierra navegando por el espacio interestelar. Después de 44 años de funcionamiento, en enero de 2020 hubo un problema con las comunicaciones que hizo temer lo peor. Después de varios meses de intentos, en noviembre de este mismo año se ha vuelto a recuperar y sigue plenamente operativa. La latencia es de 17 horas, lo que significa que una orden de la Tierra tarda 17 horas en llegar a la nave y 17 más en retornar a la Tierra. Se le suponen unos 5 años más de vida, hasta que se agote el generador de plutonio que lleva a bordo utilizado para mantener caliente su instrumentación y garantizar la comunicación.

 16 – El observatorio Apache Point de Nuevo Mexico acaba de descubrir este pasado mes de noviembre una enorme galaxia, bautizada como Heracles, inmersa en nuestra Via Láctea. Fue el producto de una captura ocurrida hace 10.000 millones de años, lo que nos ayuda a comprender la formación de nuestra propia galaxia.

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